Premios Óleo y Vinagre

Alguna vez osamos criticar en Fondo de Olla ® la designación de los restaurantes destacados con los Premios Guía Oleo. Nos trataron muy mal (uno de los anteriores dueños) y dijeron que el voto de los lectores es soberano. Si es que la designación se hace de esta manera, claro, algo que no nos consta.

En los últimos años evitamos comentar estos Premios Óleo, que se parecen a un aceite berreta. Pero con los elegidos del 2015, parecen haber tocado fondo. Un comedero de cocina de Medio Oriente fue “Mejor Restaurante”. Una hamburguesería, con todo el respeto que nos merecen las hamburguesas, fue “Revelación”, una burla al sentido común.

Antes de entrar en tema en forma más detallada, nos permitimos reprobar este sistema de comentarios y calificaciones, como las de la Guía Óleo y TripAdvisor. Mucho se habla sobre si los amigos y los amigos de los amigos, dejan comentarios a favor de un lugar que no lo merece.

Se menciona también sobre hechos espurios, que tampoco nos constan, respecto de lo que se publica y no se publica (por ejemplo que algunas críticas favorables se “compran” con publicidad). La gente es mala y habla.

Lo que podemos decir es que si algunas veces hemos leído las opiniones de los clientes de restaurantes; en el 90% de los casos no nos sentimos identificados. Por otro lado, ¿quién evalúa si el que escribe miente, si su comentario es mal intencionado o no, si critica un lugar sin haber ido o porque le contaron?

Pruebas al canto. Nos enteramos hace algunos días por boca de Cristian Iglesias Lamadrid, chef de Los Fuegos de City Bell (lugar que aún no conocimos por desgracia), de un comentario adverso en TripAdvisor de “Vic y Pablo” (porque todos se escudan en el anonimato de un nombre de pila o un seudónimo). Lo tragicómico es que una parte de la crítica, dicen que “los ñoquis estaban crudos”. Raro, porque la cocción de los ñoquis es muy rápida y hay que ser muy bestia para sacarlos crudos del agua. Pero hete aquí que en Los Fuegos, nunca tuvieron ñoquis en la carta. Lapidario.

En Guía Oleo los “opinólogos” no se andan con chiquitas. La verdad es que no sabemos con certeza cómo es la votación de los Premios Óleo, pero hay algo que resulta indiscutible: a la luz de los resultados, los lectores de esta web son, cuanto menos, inexpertos, antigourmet, poco preparados. Casi parecen jurados de los 50 Best LATAM.

Vayamos al grano. En primer lugar no entendemos las categorías que han instalado. ¿Por qué hay un Mejor Restaurante de Cocina Japonesa y no de Asiática en general? Y las pizzas, ¿no habría que separar las porteñas de las italianas? ¿Por qué no incorporar ¿Mejor Servicio”? (si al fin y al cabo es la tercera pata de la gastronomía). Está bien, cada uno hace lo que le parece.

LA REVELACION DEL AÑO FUE UNA HAMBURGUESERIA  Y EL MEJOR UN BODEGON DE COCINA DE MEDIO ORIENTE. RAREZAS DE LOS PREMIOS OLEO 2015.

En “Cocina Japonesa”, ganó Nikkai Asociación Japonesa, el de la Avenida Independencia. Es un lugar auténtico, hay que decirlo, pero últimamente venido a menos. Conozco al menos una decena de opciones de mejor nivel. Además, ¿dónde englobamos la Cocina Peruana Japonesa? Porque por caso, ¿Páru qué es: japo o peruano?

Por el nivel socioeconómico de los lectores de la Óleo, sin menoscabar a nadie porque todos tienen derecho a participar, se advierte que los premios apuntan a una escala del medio para abajo, los de las milangas con papas fritas, la empanada y la pizza.

Por eso sorprende que como “Mejor Carta de Vinos” hayan votado al Duhau Restaurante & Vinoteca, donde por ese valor rara vez concurren los que visitan la guía en cuestión. Este hotel ha demostrado siempre una preocupación por este tema. Pero nosotros nos quedamos con Cabaña Las Lilas, por su carta extensa, bien armada y con abundante información, además de contar con un equipo de sommeliers de primera, encabezado por Celestino Rodríguez.

En “Mejor Pizza” ganó Güerrin, que nos encanta por supuesto. Pero hoy las pizzas napoletanas vienen pegando fuerte y hay varios ejemplos que así lo demuestran (Siamo nel Forno, Partenope).

En “Mejor Parrilla”, extraño fenómeno de reconocimiento para un lugar como La Cabrera, que despierta por igual amores y odios. No se puede subestimar a un éxito de público como éste, lo que ha valido que todos los demás peleen por el segundo puesto. Lo que ocurre es que este rubro es el más polémico, porque en cada argentino hay un asador en potencia. Nuestra favorita: La Brigada.

En “Cocina Italiana” triunfó Cucina Paradiso. No extraña, Donato De Santis está en la tele, en Master Chef y corre con ventaja. Es un buen cocinero, más allá de que a veces prefiera las cámaras y no la cocina. Para nosotros, si no podemos votar a Italpast por estar en Campana, optamos por L’Adesso. Leo Fumarola es el único que hace algo diferente, modernizar la cocina italiana sin desvirtuarla como el afamado Massimo Bottura, de la Osteria Francescana, de Módena.

Nos alegra y mucho que nuestro amigo Damián Cicero haya sido el ganador del rubro “Mejor Cocina Española”. Algunos dirán que Oviedo y Roux podrían haber triunfado, pero hoy por hoy ambos restaurantes están ofreciendo un tipo de cocina que excede a lo “español”. Otra opción: Sagardi.

En “Mejor Cocina de Autor” es donde hay competencia entre pocos. Ganó Chila, pero no parece justo que se queden afuera , por ejemplo Tarquino, Aramburu y Darío Gualtieri Bistró. Al menos dejaron afuera a Tegui, un tema que ya exaspera. Otro rubro que no entendemos, porque el público promedio de Óleo no es el que parece estar en condiciones de pagar el equivalente a 100 dólares el cubierto.

Lo de “Mejor Cocina Peruana” es inaudito. El premio fue para el ignoto “Dos Mares”, que tiene un local en San Isidro y otro en Asunción del Paraguay. Sinceramente, por su oferta auténticamente peruana, el esfuerzo por trabajar los pescados de la mejor manera posible, por la calidad de su chef, Anthony Vázquez, creemos que a La Mar no hay con qué darle. Hay muchos peruanos que nos gustan, pero Dos Mares es una designación incomprensible aun cuando tenga sus méritos.

En “Mejor Restaurante a Puertas Cerradas” el ganador fue Cocina Sunae, que ha dejado de serlo para transformarse en un restaurante tradicional. La cocina de Christina Sunae ha sido siempre de gran calidad. Hemos ido más veces a Treintasillas y a Paladar, ambos nos gustan y mucho.

En la categoría de “Mejor Bar” parece que la gente fue a lo clásico: 878bar. Está bien, es un gran lugar, por más que competencia hay mucha y pueda haber gente disgustada. Nada que objetar.

Dejamos para el final los dos exabruptos más notables. Lo que entra en la categoría de “kafkiano”, insólito, inaceptable y agreguen nuestros lectores todos los adjetivos que quieran.

En “Restaurante Revelación”, pusieron a una hamburguesería con todo el respeto que nos merecen las hamburguesas. Como su nombre lo indica, Burger Joint es eso, un lugar de hamburguesas. ¿Acaso este lugar haya ganado frente a Darío Gualtieri Bistró, por ejemplo? No sabemos igualmente si revelación equivale a nuevo. Si no fuera así, faltaría la categoría de “nuevo”. Papelón absoluto. Quizás el año que viene la “revelación” sea Mc Donald’s.

Y para el final, cartón lleno. “Mejor Restaurante 2015” fue Sarkis, comedero de cocina de Medio Oriente, siempre lleno, muy popular, que podría aspirar a “mejor bodegón”, pero nunca en esta categoría. Una ridiculez total. Sin dudas que mucho deben hacer bien los dueños de Sarkis, pero ellos mismos no darán crédito a lo que ganaron.

Premios Óleo parece una oda a lo berreta. Pensábamos que ya habíamos tocado fondo con los 50 Best LATAM, pero estábamos equivocados. Siempre hay lugar para un desquicio más. Menos mal que ésta es una lista de cabotaje que no trasciende demasiado. De vuelo corto y bajito, como el nivel de los premios.