¿Dueños o bacheros de la cocina?Viernes, 27 de mayo de 2016
No sabemos qué piensan en Telefé, pero solamente el primer programa de Dueños de la Cocina estuvo cerca del rating que logró MasterChef en promedio, durante toda la temporada 2015.
Ya sabemos que el rating depende de muchos factores. En especial de lo que haga la competencia. Pero para un programa con un gran costo de producción como Dueños de la Cocina, los números son lo que gobiernan el mundo.
Empecemos por decir que MasterChef, que no por ello es mejor que el actual engendro de Narda y sus amigos, logró el año pasado un promedio de 15 puntos de rating. Cada punto representa 31.474 hogares que ven ese programa, según la Cámara de Control de Medición de Audiencia.
O sea que en 2015, en promedio, cada programa de MasterChef fue visto en 465.711 hogares. Ese número multiplíquenlo como quieran, porque es difícil ser precisos. En cualquier caso menos de un millón de personas, mucho más que lo que merecían.
Ahora bien, ya sabemos que Telefé cambió de formatos y también salió un jurado y entró otra. Todo se debió a una cuestión de costos derivados de lo que había que pagar en moneda extranjera a los creadores del MasterChef original.
EL RATING DE DUEÑOS DE LA COCINA OSCILA PELIGROSAMENTE. EL PISO DEL 15 DE MAYO CON SOLO 6,73 PUNTOS PUSO LOS PELOS DE PUNTA EN EL CANAL DE LAS PELOTITAS.
En Dueños de la Cocina, los números les cerraban mejor. Y ante la salida de Germán Martitegui, el niño mimado de los jurados de los 50 Best LATAM, el canal de las pelotitas decidió acudir a la “simpatía” de Narda Lepes, para compensar la salida del “pelado de MasterChef”, tal como se popularizó la imagen del susodicho cocinero en la televisión abierta (es que hasta su irrupción en la tele abierta pocos lo conocían).
Por eso de que las cosas se pueden ver desde la botella medio llena o la botella medio vacía, según sea la interpretación de cada uno, nosotros creemos que ya falta la tercera parte del contenido de esa misma botella.
Veamos el rating de Dueños de la Cocina: el 24 de abril, el programa hizo 13,16 puntos; el 1º de mayo bajó a 10,03; el 8 de mayo creció a 11,27; el 15 de mayo tocó fondo con apenas 6,73 puntos, y el domingo 22 subió a 10 puntos redondos. Lejos de las expectativas.
El programa está bastante adelantado, de manera que es improbable que deje de emitirse en algún momento (salvo que lo terminen antes de concluir con las grabaciones). Pero estos números no son los que se esperaban y quizá ni siquiera alcancen para que el programa no resulte deficitario.
Menos mal que no está Lanata en el aire y que el fútbol se acabó hasta agosto. Pero si toca un domingo a la noche un partido de la selección por la Copa América, Dueños de la Cocina tendrá seguramente un golpe de knock out.
Una pelotita (o pelotitas verde, azul y roja) en contra, como para concluir en que la gente no come vidrio, aunque siempre haya un grupo de masocas que se divierte con la soberbia del franchute, la exageración del Tano y la onda maestra Siruela de Narda. Marley sigue remando corriente en contra, en cualquier momento naufraga.
No sabemos qué piensan en Telefé, pero solamente el primer programa de Dueños de la Cocina estuvo cerca del rating que logró MasterChef en promedio, durante toda la temporada 2015.
Ya sabemos que el rating depende de muchos factores. En especial de lo que haga la competencia. Pero para un programa con un gran costo de producción como Dueños de la Cocina, los números son lo que gobiernan el mundo.
Empecemos por decir que MasterChef, que no por ello es mejor que el actual engendro de Narda y sus amigos, logró el año pasado un promedio de 15 puntos de rating. Cada punto representa 31.474 hogares que ven ese programa, según la Cámara de Control de Medición de Audiencia.
O sea que en 2015, en promedio, cada programa de MasterChef fue visto en 465.711 hogares. Ese número multiplíquenlo como quieran, porque es difícil ser precisos. En cualquier caso menos de un millón de personas, mucho más que lo que merecían.
Ahora bien, ya sabemos que Telefé cambió de formatos y también salió un jurado y entró otra. Todo se debió a una cuestión de costos derivados de lo que había que pagar en moneda extranjera a los creadores del MasterChef original.
EL RATING DE DUEÑOS DE LA COCINA OSCILA PELIGROSAMENTE. EL PISO DEL 15 DE MAYO CON SOLO 6,73 PUNTOS PUSO LOS PELOS DE PUNTA EN EL CANAL DE LAS PELOTITAS.
En Dueños de la Cocina, los números les cerraban mejor. Y ante la salida de Germán Martitegui, el niño mimado de los jurados de los 50 Best LATAM, el canal de las pelotitas decidió acudir a la “simpatía” de Narda Lepes, para compensar la salida del “pelado de MasterChef”, tal como se popularizó la imagen del susodicho cocinero en la televisión abierta (es que hasta su irrupción en la tele abierta pocos lo conocían).
Por eso de que las cosas se pueden ver desde la botella medio llena o la botella medio vacía, según sea la interpretación de cada uno, nosotros creemos que ya falta la tercera parte del contenido de esa misma botella.
Veamos el rating de Dueños de la Cocina: el 24 de abril, el programa hizo 13,16 puntos; el 1º de mayo bajó a 10,03; el 8 de mayo creció a 11,27; el 15 de mayo tocó fondo con apenas 6,73 puntos, y el domingo 22 subió a 10 puntos redondos. Lejos de las expectativas.
El programa está bastante adelantado, de manera que es improbable que deje de emitirse en algún momento (salvo que lo terminen antes de concluir con las grabaciones). Pero estos números no son los que se esperaban y quizá ni siquiera alcancen para que el programa no resulte deficitario.
Menos mal que no está Lanata en el aire y que el fútbol se acabó hasta agosto. Pero si toca un domingo a la noche un partido de la selección por la Copa América, Dueños de la Cocina tendrá seguramente un golpe de knock out.
Una pelotita (o pelotitas verde, azul y roja) en contra, como para concluir en que la gente no come vidrio, aunque siempre haya un grupo de masocas que se divierte con la soberbia del franchute, la exageración del Tano y la onda maestra Siruela de Narda. Marley sigue remando corriente en contra, en cualquier momento naufraga.