La riqueza alimenticia de la Quebrada de Humahuaca

Sábado, 3 de noviembre de 2012
C.A.U.QUE.VA es la sigla que identifica a la Cooperativa Agropecuaria y Artesanal Unión Quebrada y Valles, con sede en Maimará, provincia de Jujuy. Entre sus objetivos, figuran recuperar la riqueza de la agrodiversidad de la región y restaurar la práctica  de la cultura que siempre han acompañado a estos cultivos.



La variedad de climas y ambientes le concedió a la Quebrada de Humahuaca la virtud de ser una zona de origen de numerosas especies vegetales. En combinación con la cultura de los habitantes del lugar ofrecen al mundo cultivos importantes como el maíz, la papa y el  poroto.

Hay cultivos que los españoles dejaron de lado y hasta prohibieron por supersticiones, o por haber sido considerados por los habitantes de la zona como “plantas sagradas”. Tal es el caso de la Kiwicha y la Quinua, y de otros tubérculos emparentados con la papa, como la Oca de la Papa Lisa. Todos ellos están encuadrados dentro de los cultivos andinos y constituyen una gran riqueza para la región, no sólo por su valor como productos originarios, sino también por su potencial para el desarrollo regional.

Es digno de destacar que en la zona de la Quebrada de Humahuaca se han desarrollado civilizaciones que tuvieron importantes avances en materia de agricultura, y que han sabido domesticar cultivos como la papa que se calcula lleva 4000 años de mejoramiento y conservación.

La papa es la madre de los tubérculos andinos. A través de la historia, ha logrado una importancia inigualable como alimento. En la actualidad, se conserva en la Quebrada de Humahuaca y zonas de influencia más de 40 variedades pertenecientes al género Solanum y dentro del mismo, a la subespecie andígena. Dicha diversidad ofrece variados productos bien diferenciados por sabor, color y posibilidades de uso. C.A.U.QUE.VA se encuentra actualmente reproduciendo alrededor de 60 variedades de papas andinas.

Al hablar de estos productos, nos referimos a tubérculos comestibles originarios de la región andina de América del Sur, que han sido domesticados por sus habitantes durante milenios. Su producción se circunscribe a la Quebrada de Humahuaca, la Puna (Altiplano) y a los valles de altura. Son zonas con grandes cambios de altitud, que van desde los 1800 hasta los 3800 metros sobre el nivel del mar.



Por ejemplo, la Oca es un tubérculo andino del género “Oxalis”. Existen diversas variedades de Oca, como resultado del trabajo domesticador de los antiguos habitantes de la región que la han mejorado a través de las distintas generaciones. Su sabor es dulce, por la que puede ser una excelente alternativa de la batata. En la actualidad, se dispone de seis variedades de Oca: blanca, amarilla, rosada, morada, overa y colorada.

La papa Lisa, en cambio, es uno de los productos más raros de los andes. Sus colores fuertes y variados, presentan alternativas muy interesantes para decorar platos. Hay cuatro variedades de papa lisa: morada, verde, amarilla y overa. En la actualidad, el mercado de las papas andinas resulta incipiente, debido a que hasta hace poco tiempo el producto no era conocido en ningún lugar fuera de la zona de producción. Aún hoy en día, no es conocido por un alto porcentaje de la población potencialmente consumidora.

En los últimos tiempos, ha logrado ser considerado como un producto con alto valor culinario y es muy utilizado por cocineros que, a través de programas de televisión, lo han hecho más conocido. A partir de este hecho, el producto comenzó a venderse en supermercados con empaque preferenciales y todas las características de productos de alto valor.

Existe otro mercado de mayor volumen y más antiguo en los centros urbanos, y es el de las comunidades de inmigrantes bolivianos en las periferias de las grandes ciudades del país.

Hay hipótesis que afirman que el origen del maíz se encuentra en México. Sin embargo, existe una controversia como consecuencia del hallazgo de la Huachichocana, en Purmamarca, que serían 3000 años más antiguos que los mexicanos. Más allá de esta discusión sobre los orígenes, es evidente que el maíz  ha tenido una importancia relevante en la cultura de la Quebrada de Humahuaca, desde el momento que comenzó a poblarse

Se lo puede clasificar por su tipo de grano en harinosos, duros, morochos, pisingallos, y azucarados o chulpis. También se tiene en cuenta el color del grano, el número de rayas y el tamaño del grano. La cooperativa norteña está desarrollando un proceso de multiplicación de variedades de maíces.



El cultivo de porotos es uno de los más reducidos, en los sistemas productivos modernos en la Quebrada de Humahuaca. Se han preservado en una notable diversidad en pequeños valles de altura que están ubicados al este de la Quebrada y de la Puna jujeña. C.A.U.QUE.VA ha logrado identificar y comenzar a clasificar alrededor de 30 tipos de porotos diferentes, que muy pronto formarán parte del conjunto de productos de la Quebrada y que se irán reincorporando a las chacras andinas, donde se cultiva fundamentalmente maíz, girasol, zapallo y eventualmente quinoa. La quinua o quinoa, y la kiwicha, son granos muy nutritivos. Están considerados como pseudocereales, porque no poseen gluten pero sí tienen un gran potencial alimenticio en su utilización como harinas. Son cada vez más aceptados en el país y ya se conocen en otras partes del mundo.

Al igual que los porotos, estos cultivos se pueden desarrollar en superficies muy pequeñas en la Quebrada de Humahuaca y en la Puna jujeña. Se conservan muy pocas variedades originarias y mayormente se produce en variedades mejoradas.

Los abruptos cambios geográficos que caracterizan a la Quebrada de Humahuaca, han generado una gran variabilidad en ambientes y por lo tanto, mucha diversidad en los sistemas productivos. De esto se desprende que en una región de escasas dimensiones, se puedan encontrar producciones como ganadería (vacunos, ovinos, caprinos, porcinos y camélidos), frutales de carozo y pepita, floricultura y productos como  zapallito, haba, arveja y maíz, a los que se agrega la producción de una serie de cultivos de origen andino como papa Oca, maíces, ullucos y quinoa, entre tantos otros. La principal actividad de esta región en la horticultura, con una gama muy variada de cultivos, entre los que se encuentran lechuga, acelga, zanahoria, cebolla, tomate, pimiento, perejil, apio y remolacha.

La Cooperativa Agropecuaria y Artesanal Unión Quebrada y Valles, está integrada por más de 150 pequeños productores pertenecientes a los pueblos originarios de la Quebrada de Humahuaca. La entidad es el resultado de un proceso autogestivo de organización, investigación, extensión y producción, y una serie de acciones que están ligadas a diversos servicios. La suma de todo este accionar, está consolidando las bases tendientes a desencadenar un proceso participativo de desarrollo territorial integral e integrado. En términos generales, el accionar de C.A.U.QUE.VA ha mejorado las condiciones de vida de sus asociados y en forma indirecta la de cientos de familias de la Quebrada de Humahuaca y de otras regiones de las provincias de Jujuy y Salta.

La entidad lleva adelante el Programa Integrado de Cultivos Andinos (PICA), que intenta abarcar todos los aspectos relacionados al proceso que requieren estos cultivos para llegar a ser productos de excelente calidad, con los atributos necesarios para ser denominados “productos originarios y originales”, con potencialidades de transformación que permitan un mayor control por parte de los pequeños productores en la regulación y preservación de lo que es un capital único dentro de la Quebrada de Humahuaca.

El programa tiene como objetivos a largo plazo (10 a 15 años), mejorar las condiciones de vida de las familias de productores de la cooperativa, reconstruir un sistema productivo en la Quebrada de Humahuaca, colaborar en los procesos de afianzamiento cultural y de identidad de la región, y contar con una organización autosustentable, con capacidad de incidir en políticas públicas. En el corto plazo, de 2 a 5 años,  se propone partir de la producción propia de la zona para el desarrollo de nuevos sistemas productivos, aumentar en forma paulatina pero sostenida la superficie productiva destinada a los cultivos andinos en la región, y mejorar y proponer nuevos canales de comunicación para las comunidades rurales de la zona, entre otras metas.

Fotos: Gentileza de Turismo de la Provincia de Jujuy y Flickr CC 4nitsirk

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