Alimentos
Desde la Antigüedad se han incorporado sustancias a los alimentos para, por ejemplo, favorecer la conservación. Luego, con el desarrollo de la ganadería y la agricultura, se incorporó a la sal y el vinagre con el fin de conservar; así como también el azafrán y la cochinilla para mejorar la apariencia de los alimentos. Pero no fue sino hasta finales del Siglo XIX que se incluye al lenguaje alimentario el término "aditivo", el cual comprende a cualquier ingrediente agregado a los alimentos intencionalmente, pero sin el propósito de nutrir, sino buscando modificar las características físicas, químicas, biológicas o sensoriales en alguna etapa del proceso productivo.