Con su habitual ironía y la agudeza de su prosa, el autor (que sí fue a comer a Perón Perón y que es provinciano como el personaje de esta historia) nos cuenta lo que vio, entre otras que el chef no estaba nunca en la cocina.
Se trata de un plato típico del verano sanjuanino, porque ésa es la estación de los mejores tomates. Un plato simple pero con historia. Y con muchos parecidos en varias gastronomías del mundo.