Moscato bien porteñoJueves, 17 de septiembre de 2015La combinación más porteña para comer pizza no pierde vigencia con el paso del tiempo, más que nada si es en algún lugar clásico y preferentemente de parado en el mostrador.
Según el INV (Instituto Nacional de Vitivinicultura), para denominarse Moscato una bebida debe tener en su composición el 85% de uva Moscatel Blanco, Moscatel de Alejandría, Moscatel Amarillo, Moscatel Rosado, Moscatel de Hamburgo o Moscatel Giallo. Y por cada 130 kilos de uva, deben obtenerse 100 litros de vino elaborado.
Pero también cabe destacar que en su elaboración se mantienen tradiciones tales como que, para endulzar el producto, se utilizan distintas variedades de mosto de uva hasta lograr lo deseado. En la Argentina hay pocas opciones de Moscato, disponibles en el mercado. Uno de ellos es el Moscato Florio, en el que conviven más de 100 años de tradición.
Es un vino que presenta aromas florales, que remiten a piel de cítricos, pasas de uva y almendras. Posee un grado alcohólico de 15,60%.
La tradición del consumo de Moscato con pizza, combinación bien porteña, sigue atrapando a nuevos consumidores que se suman a los que tienen la costubre desde siempre.
Desde la Bodega Florio, señalan que el creciente consumo de Moscato no sólo se da por lo expuesto. “Este fenómeno se observa en consumidores de tragos mezclados con bebidas colas (ya que esta combinación es característica por su dulzor), que se han volcado a incorporar en su consumo dicho producto”, afirman.
El Moscato, además de la pizza, es apto para maridajes más sutiles como el sushi y otros platos de la cocina japonesa. Resulta ideal para las pastas con salsas picantes, o en postres ligeros y frutales. En los Estados Unidos, también se estila emplearlo para acompañar langosta o mariscos, y sobre todo se consume en los lugares nocturnos como un espumante o un frizzante. De allí recibe el mote de Little Black Dress, pequeño vestido negro, porque queda bien en cualquier ocasión nocturna.
El Moscato, desde hace unos años está viviendo un revival evidenciado en el crecimiento que ha alcanzado en mercados como el norteamericano. Acompañando esto también, fue modificándose el perfil del consumidor hacia una edad menos avanzada.
Cerramos la nota escuchando “Moscato, Pizza y Fainá” de Memphis La Blusera.
La combinación más porteña para comer pizza no pierde vigencia con el paso del tiempo, más que nada si es en algún lugar clásico y preferentemente de parado en el mostrador.
Según el INV (Instituto Nacional de Vitivinicultura), para denominarse Moscato una bebida debe tener en su composición el 85% de uva Moscatel Blanco, Moscatel de Alejandría, Moscatel Amarillo, Moscatel Rosado, Moscatel de Hamburgo o Moscatel Giallo. Y por cada 130 kilos de uva, deben obtenerse 100 litros de vino elaborado.
Pero también cabe destacar que en su elaboración se mantienen tradiciones tales como que, para endulzar el producto, se utilizan distintas variedades de mosto de uva hasta lograr lo deseado. En la Argentina hay pocas opciones de Moscato, disponibles en el mercado. Uno de ellos es el Moscato Florio, en el que conviven más de 100 años de tradición.
Es un vino que presenta aromas florales, que remiten a piel de cítricos, pasas de uva y almendras. Posee un grado alcohólico de 15,60%.
La tradición del consumo de Moscato con pizza, combinación bien porteña, sigue atrapando a nuevos consumidores que se suman a los que tienen la costubre desde siempre.
Desde la Bodega Florio, señalan que el creciente consumo de Moscato no sólo se da por lo expuesto. “Este fenómeno se observa en consumidores de tragos mezclados con bebidas colas (ya que esta combinación es característica por su dulzor), que se han volcado a incorporar en su consumo dicho producto”, afirman.
El Moscato, además de la pizza, es apto para maridajes más sutiles como el sushi y otros platos de la cocina japonesa. Resulta ideal para las pastas con salsas picantes, o en postres ligeros y frutales. En los Estados Unidos, también se estila emplearlo para acompañar langosta o mariscos, y sobre todo se consume en los lugares nocturnos como un espumante o un frizzante. De allí recibe el mote de Little Black Dress, pequeño vestido negro, porque queda bien en cualquier ocasión nocturna.
El Moscato, desde hace unos años está viviendo un revival evidenciado en el crecimiento que ha alcanzado en mercados como el norteamericano. Acompañando esto también, fue modificándose el perfil del consumidor hacia una edad menos avanzada.
Cerramos la nota escuchando “Moscato, Pizza y Fainá” de Memphis La Blusera.