Chateau Vieux es una de las etiquetas de alta gama de Bodegas López. Se trata de un blend compuesto todos los años por proporciones similares de Cabernet Sauvignon (aproximadamente el 70%), Merlot (20%) y Pinot Noir (10%). Los tres vinos se elaboran por separado en toneles y luego se los “mezcla” para armar el producto final.¿Qué es lo que se busca? Hacer siempre el mismo vino, al margen de las vicisitudes que puedan surgir.
López realizó una cata vertical de Chateau Vieux, a la que asistió Fondo der Olla. La cata empezó por el vino “más joven”: 2008. Una de las particularidades de Chateau Vieux es que sale al mercado ocho años después de ser cosechadas las uvas, o sea que ellos lo guardan por vos y en este 2015 tenemos como nuevo el 2008.
¿Por qué empezaron por el más joven?, te estarás preguntando. Según Eduardo López, “queremos que vean la evolución que ha tenido nuestro vino pero desde lo más nuevo hasta lo más antiguo. Y es importante que sepan que las seis muestras que vamos a catar las hizo el mismo enólogo”.
En un mercado que suele repetirse, o entre vinos que a veces carecen de identidad, López es un nombre que suena diferente.
El Chateaux Vieux 2008 lo percibimos con una marcada nota de membrillo y té negro. Seguimos con el 2003 y remarcamos aromas mentolados y vegetales, que predominaban en esta añada. El de la añada 1997, se destacaba por la presencia de higos secos y uvas pasas. El 91 presentaba una curiosa nota de pólvora y pimienta blanca.
En el 1982 se pueden remarcar descriptores como tabaco, hinojo, algo de cuero, más un cuerpo voluminoso. Por último, el de la cosecha 1974 presentaba notas a tinta china, más un ahumado persistente (o tal vez haya sido nuestra imaginación).
Vamos a pecar de obvios, pero esta etiqueta tiene un perfil de evolución, por lo que en estos vinos no debemos buscar “frescura” o fruta fresca, sino aromas terciarios otorgados por la evolución y la microoxigenación que tuvieron en tonel.
Dentro de este perfil, si tenemos que elegir una añada será la del ‘82, un vino que envejeció más que dignamente durante el paso de los años y supo mantener su carácter vegetal y especiado. Y luego la del 2008. Gran vino.
Una cata vertical como ésta, demuestra un mismo estilo a través de las añadas, el estilo de una bodega que nunca cambió de manos ni de ideología.
Como nos dijo Eduardo López, cuando le preguntamos qué había cambiado en los últimos 40 años que abarcaban este evento, respondió: “muchas cosas, corchos, tanques, la manera de limpiar y el tipo de botellas, que es algo importante, y las de ahora las diseñamos nosotros. Y agregó: “creo que hoy en día estamos haciendo vinos que a mí me gustan más y que tienen mayor potencial de guarda, pero es sólo mi opinión, el tiempo lo dirá”.
Lo más interesante del evento, fue catar la historia de Chateau Vieux a los largo de 40 años y lo que dijo Eduardo es cierto: el tiempo lo dirá y es por eso que tendremos que esperar unos años más la enigmática evolución que tendrá esta etiqueta de alta gama, que ya de por sí tiene un perfil de tonel con todos los matices que esto implica.
Los herederos del ingeniero belga, Gustave André de Glymes, rinden homenaje a los valores y tradiciones familiares con el lanzamiento de su primer vino: André de Glymes 100 Años Después", un Gran Malbec de guarda de la cosecha 2019, que se presenta en una edición limitada de 3.000 botellas.
Se trata de un blanc de noire elaborado con uvas Malbec 100%, floral y fresco, que transmite toda la personalidad de la cepa que representa al país en el mundo. Andeluna Blanc de Malbec es resultado de la constante búsqueda por la innovación que realiza la bodega, y que refleja en su porfolio la versatilidad del Malbec en sus versiones: blanco, rosado y tinto.
Hoy es 17 de abril, y no podíamos dejar pasar el Día Internacional del Malbec sin levantar la copa. Con López, por supuesto. Cinco generaciones, una misma familia y un estilo propio, desde 1898.