Como resultado de la nota titulada "Los Antigourmets muestran la hilacha", tanto Fondo de Olla como su editor responsable, han sido atacados sin fundamento como nunca antes hacía sucedido en los casi ocho años de vida del sitio. Algo habremos hecho seguramente.
Quizá no sea una frase expresada en el Quijote, como suele decirse. No importa si lo escribió Johann von Goethe en su poema "Ladran", editado en 1808; tal vez pudo haber sido extraída de un poema de Rubén Darío, publicado un siglo después, donde el nicaragüense les responde a quienes le cuestionaban su origen mestizo. El Sancho de la frase se habrá agregado antes o más tarde, no lo sabemos con certeza. Lo cierto es que además de cabalgar ambos poetas hablan del perro que ladra.
Aceptamos el disenso y las opiniones en contrario. Hechas con respeto. Y estamos dispuestos a dar derecho a réplica, siempre.
Sin embargo, la nota publicada la semana pasada que titulamos "Los Antigourmets muestran la hilacha", además de tener una repercusión inesperada, provocó una catarata de mensajes, a favor pero también agresivos hacia el sitio y a su editor, que en este caso no suscribió la nota porque tampoco aparecen firmados los editoriales, pero basta comprobar quien es responsable de FDO para darse cuenta que no nos escudamos en el anonimato. Más fácil sería hacerlo con un seudónimo, cosa de que le echen la culpa a alguien que no existe.
La nota en cuestión es crítica, obviamente. Pero creemos que no es para tanto. Y si mencionamos a una entrevista publicada en el diario Clarín, se debe únicamente a que consideramos que los personajes en cuestión no justifican su presencia en un medio masivo y mucho menos al incurrir en contradicciones, como las que señalan en dicha "notitonta", como la evaluamos.
Nos han dicho también, porque no tenemos acceso a su lectura, que en el grupo Buena Morfa Social Club, nos pegaron para el campeonato. Todos están en su derecho de opinar, eso no se discute. Pero también resulta evidente que el público varía según el lugar en el que han hecho conocer sus opiniones. Y no es que uno sea mejor que el otro, sino que son diferentes.
Pero el contenido de los mensajes basan sus fundamentos en que el autor no tiene relaciones sexuales frecuentes, que debe tener cinco años de edad mental, que tendría que ir a la universidad, que solo habla bien de los lugares que le ponen plata, de que es contradictorio, de que jamás comió una milanga con puré, que le hace lobby a Dante Liporace, como si éste lo necesitara (el comentario se debe únicamente a que uno de los antigourmets habla "del coso ese llamado Uptown").
Y más: que es rencoroso y que tiene envidia. Alguien dijo que se "se va del grupo" (ni siquiera sabe que FDO es un sitio de gastronomía, no un grupo y menos un blog hecho por un aficionado); que es patético; que escribe contra "La Esquina del Antigoumet" porque no lo invitan a comer gratis (a veces lo regalado es costoso de todas maneras); que la nota no está firmada (se aclara más arriba).
En fin, han sido tantos los resabios de intolerancia (y de ignorancia gastronómica, ni hablar), que podríamos seguir escribiendo páginas y páginas.
Está clarísimo que se hemos sido víctimas de un contubernio, de un fuerte lobby para intentar desvalorizarnos. Les han dicho: "miren lo que escribieron sobre nosotros, los amigos nos tienen que bancar, péguenle al que se atrevió a criticarnos".
Por lo menos, hubieran bajado línea, dado letra. Así no habrían sido tan burdos los comentarios adversos, que sólo se basaron en la agresión y la crítica sin fundamento.
Hay que decirlo: también hemos recibido muestras de apoyo públicas y privadas de gente valiosa, lo cual nos enorgullece. Y que han elogiado la nota, asimismo.
Solo queda decir que "ladran como perros", que "seguiremos cabalgando" y que poco nos importa que nos agredan diciendo que "somos putos, judíos, negros y que tenemos la mente de un chico de cinco años". Las cosas se toman como de quién vienen. Tenemos las suelas muy gastadas y los tamangos sucios de pisar el barro. Porque también somos capaces de bajarnos del caballo en el que galopamos, para ver las cosas como son desde el llano. Y eso ha sido siempre así y lo seguirá siendo, les pese a quienes les pesare.
Yanina Latorre, columnista que habla en radio y televisión de chismes del espectáculo, últimamente ha puesto de moda una frase que nos toca de cerca. Para ella, un chisme "fondo de olla" es algo burdo, patético, bizarro, ordinario. Desconoce que el socarrat, el arroz que está pegado a la paellera, es lo más rico y lo que no todos los cocineros saben lograr.
Una usuaria de X compartió una propuesta navideña insólita, patética, inaudita, increíble... agreguen los lectores cualquier adjetivo opuesto a esta estupidez del tostado de pan dulce.