Incentivando el consumo de pescados y mariscosViernes, 20 de septiembre de 2019Desde el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca se están llevando a cabo distintas iniciativas para promover el consumo de pescados y mariscos en el país. Una de ellas establece que el día 19 de cada mes "comemos pescado).
Esta actividad vinculada con la pesca, está en línea con la comenzada en diciembre del año 2016 cuando se convocó a los diferentes referentes del sector frutihortícola, y a actores del sector público, ONG y entidades científicas, a fin de conformar la Mesa de Promoción del Consumo de Frutas y Hortalizas.
En particular, la Mesa Sectorial para la Promoción del Consumo de Pescado incluye instituciones representantes del sector público (Senasa, INIDEP, Universidad de Mar del Plata y Maimónides) y del sector privado: cámaras del sector, supermercados mayoristas, y pescaderías.
En nuestro país, se consumen unos 5 kilos de pescado per cápita anuales. Un registro muy bajo si se lo compara con el promedio mundial de 20 kilos. La producción total por pesca y acuicultura alcanza a unas 750.000 toneladas, de las cuales se exporta el 65%. Se calcula que el sector emplea unos 22.000 puestos de trabajo, directos e indirectos.
La actividad exportadora tuvo su gran crecimiento durante la década de 1970 cuando tras el agotamiento de los caladeros en los países pesqueros del Hemisferio norte, la Argentina comenzó con el boom de la exportación de la merluza hubbsi.
Fue entonces que ante la presencia de buques congeladores extranjeros, que buscaban las capturas lejos de sus costas, se sanciónó la Ley Nº 20136, que establecía que los recursos vivos en las zonas marítimas argentinas eran propiedad del Estado, y se otorgaba exclusiva explotación a las embarcaciones argentinas, con permiso para la actividad pesquera.
Este régimen se modificó luego en 1998 con la sanción de la Ley Federal de Pesca que estableció un Régimen de Administración por Cuotas Individuales Transferibles de Captura (CITC), la cual es una concesión temporal del Estado, que tiene como beneficiario al titular de un permiso de pesca.
Durante la década de 1990 se incrementó notablemente el número de buques y su capacidad de pesca, por lo cual la producción total llego al récord de 1.400.000 toneladas en 1997, con signos de sobreexplotación, ya que en los años subsiguientes, de forma errática, ésta fue bajando hasta situarse alrededor de las 750.000 toneladas.
Todo indicaría que el incremento en la producción, y por ende del excedente para exportar o consumir, sólo podría venir de la acuicultura. La Argentina tiene un gran potencial de producción a través de esta actividad, ya que cuenta con provisión de alimentos balanceados y de agua, y zonas climáticas benévolas.
En este sentido, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), que lleva adelante actividades internacionales encaminadas a erradicar el hambre, pone de manifiesto que la Argentina es uno de los principales países, para el desarrollo de la producción acuícola.
Cabe destacar que hoy existen sistemas cerrados de producción (también conocidos como RAS) con nulo impacto ambiental.
Desde el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca se están llevando a cabo distintas iniciativas para promover el consumo de pescados y mariscos en el país. Una de ellas establece que el día 19 de cada mes "comemos pescado).
Esta actividad vinculada con la pesca, está en línea con la comenzada en diciembre del año 2016 cuando se convocó a los diferentes referentes del sector frutihortícola, y a actores del sector público, ONG y entidades científicas, a fin de conformar la Mesa de Promoción del Consumo de Frutas y Hortalizas.
En particular, la Mesa Sectorial para la Promoción del Consumo de Pescado incluye instituciones representantes del sector público (Senasa, INIDEP, Universidad de Mar del Plata y Maimónides) y del sector privado: cámaras del sector, supermercados mayoristas, y pescaderías.
En nuestro país, se consumen unos 5 kilos de pescado per cápita anuales. Un registro muy bajo si se lo compara con el promedio mundial de 20 kilos. La producción total por pesca y acuicultura alcanza a unas 750.000 toneladas, de las cuales se exporta el 65%. Se calcula que el sector emplea unos 22.000 puestos de trabajo, directos e indirectos.
La actividad exportadora tuvo su gran crecimiento durante la década de 1970 cuando tras el agotamiento de los caladeros en los países pesqueros del Hemisferio norte, la Argentina comenzó con el boom de la exportación de la merluza hubbsi.
Fue entonces que ante la presencia de buques congeladores extranjeros, que buscaban las capturas lejos de sus costas, se sanciónó la Ley Nº 20136, que establecía que los recursos vivos en las zonas marítimas argentinas eran propiedad del Estado, y se otorgaba exclusiva explotación a las embarcaciones argentinas, con permiso para la actividad pesquera.
Este régimen se modificó luego en 1998 con la sanción de la Ley Federal de Pesca que estableció un Régimen de Administración por Cuotas Individuales Transferibles de Captura (CITC), la cual es una concesión temporal del Estado, que tiene como beneficiario al titular de un permiso de pesca.
Durante la década de 1990 se incrementó notablemente el número de buques y su capacidad de pesca, por lo cual la producción total llego al récord de 1.400.000 toneladas en 1997, con signos de sobreexplotación, ya que en los años subsiguientes, de forma errática, ésta fue bajando hasta situarse alrededor de las 750.000 toneladas.
Todo indicaría que el incremento en la producción, y por ende del excedente para exportar o consumir, sólo podría venir de la acuicultura. La Argentina tiene un gran potencial de producción a través de esta actividad, ya que cuenta con provisión de alimentos balanceados y de agua, y zonas climáticas benévolas.
En este sentido, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), que lleva adelante actividades internacionales encaminadas a erradicar el hambre, pone de manifiesto que la Argentina es uno de los principales países, para el desarrollo de la producción acuícola.
Cabe destacar que hoy existen sistemas cerrados de producción (también conocidos como RAS) con nulo impacto ambiental.