La familia italiana que resiste al Microcentro porteño
Broccolino suma y sigue
Miércoles, 19 de abril de 2023
El restaurante Broccolino está abierto desde el año 1985. Tuvo que cerrar como todos en la pandemia, pero el regreso a la actividad se demoró más que en otros lugares de la ciudad. Pese a todo, Broccolino resiste y sigue siendo un gran referente de la cocina italiana en Buenos Aires.
"En mayo de 2020, luego de un mes y medio de estar cerrados, les dije a mis 25 empleados que no íbamos a poder resistir más, los indemnizamos a todos y gran parte de nuestra familia se fue a vivir a Italia", cuenta Alejandro Ballabeni, tercera generación de la familia gastronómica de Broccolino.
El restaurante abrió sus puertas en el Microcentro porteño en el año 1985, por iniciativa de los hermanos Antonio y Luciana Trio. Y fue siempre muy exitoso.
La familia estaba vinculada con la cocinaba desde hacía muchos años. Hasta marzo de 2020, el Microcentro de laCiudad de Buenos Aires era el lugar en el que pasaba casi todo: las reuniones de los ejecutivos, las oficinas de las empresas más grandes del país, las sedes centrales de los bancos, etcétera.
Ballabeni afirma que la pandemia redujo el centro de la ciudad a la mitad de su movimiento y que nunca se recuperó, pero el aluvión de turismo los volvió a poner a ellos en el lugar de siempre.
La única que quiso quedarse con él en Buenos Aires fue Luciana, su mamá (todavía todos recuerdan el restaurante que ella tenía con su nombre en el barrio de Colegiales, en Zabala y Amenábar, hace más de 20 años).
"Si vas a volver a abrir en algún momento el restaurante, yo me quedó acá", le dijo ella a Alejandro. Y así fue. En noviembre de 2020, volvieron a contratar a todos los empleados. Ninguno quiso quedarse afuera de la reapertura de Broccolino.
"La mitad de los que trabajaban en Microcentro nunca volvió al Microcentro, estamos esperando una reactivación".
Afirma luego: "suponemos que este será un año de transición, pero gracias al turismo la vamos piloteando. Los brasileños y los chilenos vienen todos directamente a comer a Broccolino".
Y agrega que si bien algunos pares suyos, restaurantes de precios de alta gama, tampoco cerraron, sí vio cómo la mayoría de los lugares pequeños, que vivían de los oficinistas y bancarios, desaparecieron.
Quedaron algunos lugares muy económicos, como para comer un pancho o un sándwich, y los de gastronomía más elaborada como Broccolino que tiene un precio aproximado de 5.500 pesos por persona.
El regreso de los viajes a nivel mundial y la atracción que significa Buenos Aires para muchos turistas del mundo, no solo por ser una ciudad que tiene de todo para ver, sino además por lo económica que es hoy para un extranjero, fue clave en el reinicio de Broccolino.
Hoy experimenta una segunda vida. "Siempre recibimos muchos extranjeros, por la zona y por las recomendaciones; hoy están viniendo muchísimos uruguayos los fines de semana. También hay turistas asiáticos y de todos los países fronterizos. Los brasileños siempre vinieron a Broccolino muchísimo, todos los operadores turísticos nos recomiendan directamente", comenta Ballabeni.
Desde Italia hasta la llegada de los Rolling
En 1955 la familia Trío, que conforman Luciana y Antonio, llegaron en uno de esos barcos que no eran tanto de pasajeros sino más bien de carga, desde Italia. Su historia con las cocinas venía de la década del ‘30, de Livorno, en la Toscana, probablemente uno de los lugares más bellos del mundo. Su familia tenía allí un restaurante en el puerto.
Luciana, la madre del actual responsable de Broccolino, tuvo antes una trattoria italiana y en el ‘85 abrió con su hermano Broccolino para crear "un genuino ristorante italiano".
Los negocios familiares cuentan muchas historias al mismo tiempo que construyen comunidad, y "Brocco" no fue la excepción. Desde la visita "incógnita" de Anthony Quinn en 1991, hasta la convocatoria para ser los cocineros de los Rolling Stones, el restaurante supo ser centro de encuentro de deportistas, políticos y otras celebridades.
La gastronomía de Broccolino
Sin dudas, las pastas son las estrellas del lugar. Es difícil no tentarse con los ravioles de ciervo con salsa Alfredo que llevan en su preparación hongos y pesto. Muchos eligen los clásicos tagliatelle profumo di mare o alla puttanesca para quienes quieres un poco de picante.
Y, para aquellos a los que les gusta compartir, hay una selección de pastas que trae cuatro variedades con otras tantas salsas a elección. También tienen risotti, calamaretti Luciana, saltimbocca a la romana, y no faltan tampoco las berenjenas alla parmesana (parmigiana de malenzane).
Pero una estrella del lugar, única en la ciudad, es la cebolla en flor, que hacen con un molde traído desde Nueva York por Antonio Trío hace muchos años.
Ballabeni explica que se ocupan mucho de la calidad. La comida siempre es buena, siempre es abundante, siempre usan productos y materias primas de primera calidad.
Berria significa "Nuevo" en lengua euskera. Y el nombre le calza perfecto a este restaurante de inminente apertura en la esquina de Dorrego y Amenábar, allí justo en el límite entre Palermo Hollywood y Colegiales. Cocina vasca auténtica, con el sello de calidad de Sagardi. De esta manera, el grupo español liderado por los hermanos López de Viñaspré (Iñaki y Miel), desembarca con su segundo local en Buenos Aires.
Concepción Pizza y Vinito es un espacio de encuentro en una zona todavía poco explorada de la ciudad, a pasos de Belgrano, cerca de Las Cañitas y a tan solo dos cuadras de Palermo Hollywood. La propuesta es de pizza estilo napolitano, vinos de bodegas menos conocidas y platitos para compartir, además de café de especialidad por las tardes.
Con un homenaje texano a lo grande, la sucursal de la Costanera de Ribs al Río ofrecerá una experiencia distinta a lo habitual y por única vez: Beef Ribs de carne vacuna.