Éramos pocos y parieron los 50 Best Restaurants LATAM
Aún no acallados los ecos y el bochorno de la Guía Michelin Argentina, que fue anunciada el pasado viernes 24 del actual, ayer se conoció la lista de los supuestos 50 mejores restaurantes de América latina (que en realidad son 100, como para darle mayor incoherencia a esta lista). Hay 8 argentinos entre los primeros 50, y 5 más del 51 al 100. Lo más insólito es que a Aramburu, que obtuvo 2 Estrellas Michelin, lo mandaron al puesto 60. Lo bueno es que, al menos, ya no figura Narda Comedor.
¿Cuál es la principal diferencia entre la Guía Michelin y los 50 Best Restaurants? Simple: en la primera los inspectores son anónimos y pagan la cuenta; en la segunda todo es puro lobby, los dueños de restaurantes invierten mucho dinero en prebendas para los jurados, que son invitados y les dan lo mejor de lo mejor, pero ni propina dejan. En la Michelin, el ministro Lammens gastó 600.000 dólares que pagaremos todos con nuestros impuestos.
Después de lo ocurrido el viernes último en Buenos Aires con la Guía Michelin Argentina, el máximo bochorno de la gastronomía de nuestro país en su historia, qué podíamos esperar de los 50 Best LATAM (que son 100), si todos sabemos cómo se maneja la rosca.
Desde hace una década que los mismos chefs de siempre se vienen intercambiando puestos, el que hoy es 1 el año que viene puede ser 3 y el siguiente 2, pues en definitiva se intercambian figuritas entre los que hacen lobby para ganar voluntades y, al mismo tiempo, votarse entre ellos. Lo que se dice un verdadero contubernio.
Este año fue impedido de participar Central, el restaurante del chef peruano Virgilio Martínez, que al ser el N° 1 a nivel mundial en 2022, ya no puede participar de esta lista. Sin embargo, sí aparece su esposa Pía León con Kjolle en el puesto 7.
Estaba cantado entonces que el formidable Maido, del también peruano Micha Tsumura, pasara a liderar el ranking. El bogotano El Chato pasó al segundo lugar, y Don Julio -que alguna vez supo ser el 1-, completa el podio. Lo de Maido es como Verstappen en la F1.
De los 8 + 5 restaurantes argentinos que aparecen en la lista, esta vez no podemos cuestionar demasiado. Son todos lugares de muy buen nivel, a diferencia de los últimos años.
Claro que, en honor a la verdad, lo que más llama la atención son las ausencias. Es decir, la de aquellos que no hacen lobby, sino que se preocupan por sus clientes prioritariamente, los que llenan sus salones sin necesitar de premios "figuretti". Como por ejemplo Roux, La Brigada y Osaka, entre otros. O un lugar de alta cocina como Mercado de Liniers, que tiene mucho trabajo y creatividad en cada plato, nunca haya sido tenido en cuenta.
Ya dijimos que Don Julio aparece en el tercer puesto. Luego siguen El Preferido (del mismo dueño) en el 17° lugar; Gran Dabbang 26; Julia en el 30; Mishiguene 32; Alo's 38; Crizia 41 y Niño Gordo 43. Si nos preguntaran con cuál de estos ocho nos quedamos, sin dudas que Alo's debería estar más arriba que todos los demás.
Algún lector despistado piensa que nos olvidamos del doblemente "estrellado" Aramburu. Nada que ver, porque como se sabe los 50 Best son 100, de manera que hay que ir para abajo hasta el puesto 60 para encontrarnos con el considerado sin discusión entre los mejores tres restaurantes de nuestro país. Ridículo, absurdo e indignante.
Los cuatro restantes que fueron destacados entre los 100, son Elena (72), El Papagayo (82); El Baqueano (83) y Anchoíta (92). Muy loable que aparezcan dos restaurantes del interior del país (Córdoba y Salta). Sugestivamente ninguno de Mendoza, que parece que gastó todo su lobby en la Michelin.
Respecto a la repercusión en la prensa, ha tenido mucho menos de lo que esperaba la "revolución" que predijo el propio Lammens (que por suerte ya se va). Y lo mismo puede decirse de la lista de las aguas que bajan turbias. Salvo el periodismo "viajero", que aprovecha la volada para ser agasajado (muchos de ellos votan en los 50 Best), no hay mucho espacio en los medios para estas fantochadas. Qué bueno que sea así.