Récord Guinness para Águila PabellónLunes, 4 de diciembre de 2023Insólito, es verdad, aunque usted no lo crea. El pasado miércoles 29 de noviembre tuvo lugar la inauguración oficial de Águila Pabellón, el restaurante ubicado dentro del Ecoparque (ex Zoológico de Buenos Aires). Lo curioso es que ya el viernes 24 ingresó en la Guía Michelin como "Recomendado". Se va Lammens, pero deja un legado imposible de superar (en cuanto a trucho, claro está).
Está ubicado sobre la Avenida Sarmiento, dentro del actual Ecoparque porteño. Águila Pabellón es el nuevo restaurante del Grupo Abridor donde dicen que "el lugar fusiona historia, naturaleza, arte y gastronomía".
El proyecto gastronómico se encuentra emplazado en lo que originalmente era la Confitería Águila, construida en 1905 por el arquitecto Virgilio Cestari, la cual fue restaurada con "el propósito de preservar su importancia histórica y autenticidad".
Con una inversión total de $ 700 millones de pesos y un año y medio de trabajo, la puesta en valor del edificio fue realizada íntegramente por la oficina de diseño de Abridor.
La propuesta gastronómica de Águila Pabellón fue encomendada al chef Julián Galende, ex Palacio Duhau, que la define como comfort food, con "la premisa de rememorar los sabores clásicos de la cocina porteña con una mirada contemporánea; la carta presenta platos tradicionales de la gastronomía local con productos emblemáticos y de calidad".
"El restaurante ofrece una diversidad de opciones que abarcan desde carnes, pollo, pescado, risotto y pasta hasta alternativas veganas, adaptándose así a una amplia variedad de gustos y preferencias", dicen. Algunas opciones son el ragú de hongos, los chipirones y el bife de chorizo.
Hasta aquí todo bonito. Pero hay algo que no cierra y es que el restaurante fue premiado por los inspectores de la Guía Michelin Argentina el pasado 24 del actual; sin embargo, la inauguración oficial fue cinco días después. ¿Insólito no?
"Águila Pabellón es el restaurante más joven seleccionado en la lista de 42 restaurantes recomendados de Buenos Aires y los 57 recomendados de todo el país", señala la gacetilla de prensa enviada a la prensa. Corregimos, de todo el país no porque solo entraron CABA y Mendoza.
Lo de joven no vamos a discutirlo. Tan joven que cuando los inspectores fueron a comer, el restaurante aún no había abierto sus puertas. ¿Habrán ido a la marcha blanca o se equivocaron y comieron en la jaula de los leones?
Sea como fuere, qué le hace otra mancha más al tigre (aunque se lo hayan llevado a otro lado porque ahora es Ecoparque). El ministro Lammens pagó 600.000 dólares salidos de nuestros impuestos, solo para que la Guía Michelin Argentina sea tan trucha como los 50 Best. Al menos, en esta última, garpan los dueños de restaurantes ansiosos de codearse con el jet set gastronómico del continente.
Águila Pabellón pasa a ser un caso único e irrepetible (aunque uno nunca sabe). Digno del Récord Guinness, lo premiaron antes de que abriera oficialmente. Y como ahí estaba el viejo Zoo porteño, solo nos queda por decir que la culpa no es del chancho sino del que le da de comer.
Insólito, es verdad, aunque usted no lo crea. El pasado miércoles 29 de noviembre tuvo lugar la inauguración oficial de Águila Pabellón, el restaurante ubicado dentro del Ecoparque (ex Zoológico de Buenos Aires). Lo curioso es que ya el viernes 24 ingresó en la Guía Michelin como "Recomendado". Se va Lammens, pero deja un legado imposible de superar (en cuanto a trucho, claro está).
Está ubicado sobre la Avenida Sarmiento, dentro del actual Ecoparque porteño. Águila Pabellón es el nuevo restaurante del Grupo Abridor donde dicen que "el lugar fusiona historia, naturaleza, arte y gastronomía".
El proyecto gastronómico se encuentra emplazado en lo que originalmente era la Confitería Águila, construida en 1905 por el arquitecto Virgilio Cestari, la cual fue restaurada con "el propósito de preservar su importancia histórica y autenticidad".
Con una inversión total de $ 700 millones de pesos y un año y medio de trabajo, la puesta en valor del edificio fue realizada íntegramente por la oficina de diseño de Abridor.
La propuesta gastronómica de Águila Pabellón fue encomendada al chef Julián Galende, ex Palacio Duhau, que la define como comfort food, con "la premisa de rememorar los sabores clásicos de la cocina porteña con una mirada contemporánea; la carta presenta platos tradicionales de la gastronomía local con productos emblemáticos y de calidad".
"El restaurante ofrece una diversidad de opciones que abarcan desde carnes, pollo, pescado, risotto y pasta hasta alternativas veganas, adaptándose así a una amplia variedad de gustos y preferencias", dicen. Algunas opciones son el ragú de hongos, los chipirones y el bife de chorizo.
Hasta aquí todo bonito. Pero hay algo que no cierra y es que el restaurante fue premiado por los inspectores de la Guía Michelin Argentina el pasado 24 del actual; sin embargo, la inauguración oficial fue cinco días después. ¿Insólito no?
"Águila Pabellón es el restaurante más joven seleccionado en la lista de 42 restaurantes recomendados de Buenos Aires y los 57 recomendados de todo el país", señala la gacetilla de prensa enviada a la prensa. Corregimos, de todo el país no porque solo entraron CABA y Mendoza.
Lo de joven no vamos a discutirlo. Tan joven que cuando los inspectores fueron a comer, el restaurante aún no había abierto sus puertas. ¿Habrán ido a la marcha blanca o se equivocaron y comieron en la jaula de los leones?
Sea como fuere, qué le hace otra mancha más al tigre (aunque se lo hayan llevado a otro lado porque ahora es Ecoparque). El ministro Lammens pagó 600.000 dólares salidos de nuestros impuestos, solo para que la Guía Michelin Argentina sea tan trucha como los 50 Best. Al menos, en esta última, garpan los dueños de restaurantes ansiosos de codearse con el jet set gastronómico del continente.
Águila Pabellón pasa a ser un caso único e irrepetible (aunque uno nunca sabe). Digno del Récord Guinness, lo premiaron antes de que abriera oficialmente. Y como ahí estaba el viejo Zoo porteño, solo nos queda por decir que la culpa no es del chancho sino del que le da de comer.