Uriel Hendler, a quien conocimos hace varios años en Kanu, restaurante de sushi que hoy perdura como lugar de delivery, apuntó en este caso a una cocina libre de gluten y sin proteínas animales. Una propuesta que convoca a un público que ha optado por ese tipo de dieta (los celíacos, por necesidad), así como a los omnívoros que a veces hacemos una excepción no consumiendo carnes.
Let it V - Teléfono: Costa Rica 5865, Palermo Hollywood. Teléfono: 15 3054 9876. Horarios: miércoles a domingos, de 09:30 a 23:30; martes cerrado. Precio: $$$. Web: www.letitv.com.ar - IG: @letit_v
A los omnívoros nos cuesta optar por este tipo de lugares donde no hay proteínas animales en su menú. Si se tratara de una propuesta ovolácteavegetariana nos animaríamos un poco más a probar algo distinto a lo acostumbrado.
Como bien decía en su momento ese gran chef que es Nitu Digilio en el tiempo en que comandaba la cocina de JAAM ("sin animales") en su pequeño restó de San Telmo, lo que más le costaba era crear platos sin utilizar huevos. Él, como muchos otros cocineros que incursionan en este tipo de propuesta, son omnívoros.
Pero hoy la moda es el "plant based", palabras anglófilas que sirven para disimular a ese término que suele sonar a veces como inflexible y sectario: vegano. Aunque no coincidamos con quienes practican esta forma de alimentarse, está bien que haya lugares donde ellos -aun siendo minoría-, puedan comer sin sentirse discriminados.
Despojados de todo tipo de prejuicios, fuimos a Let it V. Es la original manera de denominar a su restaurante que adoptó Uriel Hendler, a quien conocimos hace mucho tiempo cuando era casi un adolescente y tenía Kanu junto a su hermano. Este lugar de sushi, actualmente se ha transformado en delivery, e incluye también a los platos de este emprendimiento veggie.
Como los amantes de la música saben, "Let it B" fue el último álbum de Los Beatles y, siendo Paul McCartney un militante del veganismo, Uriel solo tuvo que cambiar la b larga por la v corta, que uno imagina como referencia a "verde", "vegetariano" y "vegano".
El local es pequeño, con un aforo limitado, en el que sentarse ante la barra puede ser una experiencia positiva. Afuera hay un deck, que si la temperatura no es demasiado gélida también invita a comer en la vereda de la calle Costa Rica.
La carta está armada con opciones para toda hora del día; picoteos y entradas; pokeds & salads; sushi; principales; pastelería y postres; weekend "vrunch".
La panera contiene exclusivamente un mix de panificados libres de gluten; también hay una sopa del día, reconfortante para estos días de mucho frío.
Otras opciones de entradas, como el hummus de hierbas; arancini de hongos; ceviche de portobellos y hongos; papas crocantes (muy ricas), y fainá con vegetales asados y crema de zucchini y ajo. Una muy original manera de presentar esta preparación genovesa.
Hay cinco variedades de pokeds & salad: quinua, crunchy; Caesar sin pollo; imakay con arroz shari, etcétera, y avocado.
El sushi obviamente es sin pescado, algo que puede llamarse así sin polémicas porque la Real Academia Española hoy lo define como una "comida típicajaponesacuyoingredienteprincipaleselarrozhervido, quesesirveenporcionespequeñasyconacompañamientosdiversos".
Hay makis, nigiris, rolls nori, y un omakase de 15 unidades y otro de 30. Tienen como ingredientes a la palta, los hongos, tofu, berenjenas y otros vegetales. Se probaron algunas de estas variedades, para pasar luego a un plato "fuerte".
Se trató de curry "indian masala", de boniato, zapallo anco y garbanzos acompañado de arroz con maní tostado y hierbas aromáticas. A pedido, un poco de picante le dio más potencia de sabor.
Los postres son todos libres de TACC y se preparan obviamente sin lácteos. Y también ofrecen algunas opciones raw (alimentos vivos). Para un omnívoro, una buena alternativa es el cremoso de chocolate y naranjas, que sale con frutas de estación y crocante de chocolate.
Cuentan con una carta de vinos de bodegas no tradicionales, sin clarificación para que sean aptos para veganos. También cocktails y mocktails. Incluyendo un pisco sour, con limón, huacatay aquafaba.
Let it Vestá pensado para satisfacer a un público de nicho, como es el que no consume proteínas animales, sin desdeñar a los clientes que no llevan dietas "plant based".
La chef ejecutiva de Casa Cavia, Julieta Caruso, renovó el menú de mediodía con una propuesta que permite pedir a la carta o bien elegir entre menús de pasos. A ello, se suma la coctelería creativa de la bartender Flavia Arroyo y una selección notable de vinos a cargo de Delvis Huck. La dirección general es de Guadalupe García Mosqueda.
Un bistró que le hace honor a la cocina más refinada del planeta. Le Rêve ("el sueño", en francés), nos transporta a la magia parisina en una esquina de Buenos Aires. La propuesta del joven chef Ramiro Hernández exhibe un técnica perfecta, elegancia y personalidad. La coctelería del "Tiger" es otro fuerte del lugar. Y su ambiente, nos agasaja con música sin estridencias, como debe ser en un restaurante, a lo que se suma un servicio impecable comandado por Darío Núñez. Lujos que nos podemos dar en una ciudad que, en materia de gastronomía, lo tiene todo.