Carne y vino, un matrimonio inseparableMiércoles, 14 de agosto de 2024Una historia que se remonta a 1953 cuando Jesús Pernas y su esposa Lola llegaron desde España, con sueños por concretar. Establecieron un almacén en Palermo, que sería el punto de partida de lo que hoy, a través del empresario Martín Sammartino, conocemos como "Lo de Jesús", anexado a La Malbequería, en el que confluye un matrimonio imposible de separar: la carne y el vino.
Lo de Jesús - La Malbequería - Dirección: Gurruchaga 1406 y Cabrera, Palermo Soho. Reservas: +54 11 3943-1734. Precio: $$$. Horarios: todos los días de 12:00 a 00:00. Instagram: @lodejesus - @lamalbequeria
Hacía mucho tiempo, unos cuatro años por lo menos, que no íbamos a comer a Lo de Jesús. Sí a La Malbequería, lugar de encuentro habitual en las presentaciones de las bodegas. Ambos lugares están interconectados y, algo poco habitual en una gastronomía en crisis, un lunes a la noche ambos espacios estaban completos.
Martín Sanmartino, quien tomó las riendas del lugar en 2003, tuvo la visión de convocar a un gran chef como lo es Darío Gualtieri, quien diseño otra estructura que incluyó la construcción de una nueva cocina en el predio contiguo, permitiendo agilizar el servicio y ampliar los complementos a la carne, de por sí gran protagonista de la casa.
Todo ha cambiado para mejor, sin dudas. Al antiguo salón principal de los orígenes, reformado y ya sin la cocina y la vieja parrilla, se adosó un deck en la vereda climatizado que posibilita ampliar el aforo.
Por una puerta lateral, el salón de Lo de Jesús se conecta con La Malbequería transformándolo en un único espacio. El aporte de esta última, una vinoteca pensada para rendir tributo a la cepa emblemática de nuestro país (aunque no exclusiva), hace que la carta de vinos luzca como un libro de muchas páginas repletas de etiquetas de todas las regiones vitivinícolas de la Argentina.
Los cortes de carne provienen de animales de las razas Hereford y Aberdeen Angus. Vale destacar también que, durante la pandemia, luego extendido al normalizarse la situación sanitaria, Lo de Jesús adaptó su oferta con un servicio de delivery que resultó tan exitoso que terminó desarrollándose como una unidad de negocio separada del local.
El crecimiento de esta área ha permitido que actualmente cuenten con cuatro sucursales: Palermo, Belgrano, Caballito y Barrio Norte, así como un centro de producción que maneja tres marcas: Lo de Jesús, La Malbequería y Doña Lola.
Por otra parte, hoy se está llevando a cabo una obra de expansión que permitirá ampliar Lo de Jesús y trasladar La Malbequería a un nuevo espacio contiguo con terraza, donde además de bar de vinos se ofrecerá paralelamente una propuesta de tapeo y pinchos.
En esta visita, se probaron las empanadas de carne (vienen tres unidades y son de tamaño chico, como las salteñas); media porción que parecía entera, de mollejas fileteadas y crocantes, que se acompañaron de morrones asados con ajo frito y perejil.
Otras opciones de entradas eran los buñuelos de acelga con alioli; tortilla de papas; jamón crudo "De Jesús"; burrata con tomates secos, y langostinos patagónicos al ajillo.
Hay otro ítem de "entradas de parrilla", como chorizo y morcilla; provoleta estacionada o "De Jesús" y las citadas mollejas. Hay asimismo tablas de quesos y fiambres en distintos tamaños.
En los cortes de carne ofrecen cinco opciones: bife de chorizo, ojo de bife y lomo, todos de 400 gramos; pechuga de pollo pastoril, y churrasquito de cerdo. Y, entre los especiales, se destacan la entraña de 450 gramos; tira de asado de 800 gramos cinco costillas, o media porción; el t-bone de 850 gramos, y el tomahawk para compartir de 1,6 kilogramo.
Si pidió el ojo de bife y la media porción de tira de asado, que salieron ambos en punto jugoso pedido (muy destacable sobre todo en el asado debido a su escaso grosor, como es habitual). Las papas fritas, bien crocantes, fueron una compañía ideal.
Lo de Jesús no es una simple parrilla, sino que podría ser catalogado como "restaurante de carnes" con un menú bastante amplio, donde denota la presencia de Darío Gualtieri.
Así observamos que cuentan con nueve opciones de platos de cocina, entre ellas los raviolones de espinaca con crema de espinaca y remolachas asadas; ñoquis de papa a la sorrentina; milanesa de bife de chorizo y su variante napolitana; trucha grillada con hinojos salteados a la crema; pacú grillado con mandioca frita, y locro "Lo de Jesús", ideal para estas noches de frío intenso.
El falso "problema" en Lo de Jesús es -como les pasa a los directores técnicos de fútbol con planteles numerosos y calificados-, es tener que elegir el vino entre tamaña cantidad de etiquetas. Los hay de todos los valores, estilos, regiones y cepas. Optamos por un Pyros Syrah sanjuanino, del Valle de Pedernal, de precio muy conveniente.
También está la carta de aperitivos y cócteles, de la cual el Negroni fue una buena elección para entrar en calor en la gélida noche porteña.
Los mozos son del tipo profesional, algunos de trayectoria extensa, lo que hace más fácil nuestro servicio. Y, por otro lado, bueno es destacar que hay buena luz y no molesta la música como sucede lamentablemente en otros lugares, donde olvidan que uno va a comer y a charlar, y no a un boliche bailable.
Nos fuimos pipones y sorprendidos por los cambios y el crecimiento cualitativo de Lo de Jesús, que asimismo cuenta con una muy buena relación precio calidad.
Una historia que se remonta a 1953 cuando Jesús Pernas y su esposa Lola llegaron desde España, con sueños por concretar. Establecieron un almacén en Palermo, que sería el punto de partida de lo que hoy, a través del empresario Martín Sammartino, conocemos como "Lo de Jesús", anexado a La Malbequería, en el que confluye un matrimonio imposible de separar: la carne y el vino.
Lo de Jesús - La Malbequería - Dirección: Gurruchaga 1406 y Cabrera, Palermo Soho. Reservas: +54 11 3943-1734. Precio: $$$. Horarios: todos los días de 12:00 a 00:00. Instagram: @lodejesus - @lamalbequeria
Hacía mucho tiempo, unos cuatro años por lo menos, que no íbamos a comer a Lo de Jesús. Sí a La Malbequería, lugar de encuentro habitual en las presentaciones de las bodegas. Ambos lugares están interconectados y, algo poco habitual en una gastronomía en crisis, un lunes a la noche ambos espacios estaban completos.
Martín Sanmartino, quien tomó las riendas del lugar en 2003, tuvo la visión de convocar a un gran chef como lo es Darío Gualtieri, quien diseño otra estructura que incluyó la construcción de una nueva cocina en el predio contiguo, permitiendo agilizar el servicio y ampliar los complementos a la carne, de por sí gran protagonista de la casa.
Todo ha cambiado para mejor, sin dudas. Al antiguo salón principal de los orígenes, reformado y ya sin la cocina y la vieja parrilla, se adosó un deck en la vereda climatizado que posibilita ampliar el aforo.
Por una puerta lateral, el salón de Lo de Jesús se conecta con La Malbequería transformándolo en un único espacio. El aporte de esta última, una vinoteca pensada para rendir tributo a la cepa emblemática de nuestro país (aunque no exclusiva), hace que la carta de vinos luzca como un libro de muchas páginas repletas de etiquetas de todas las regiones vitivinícolas de la Argentina.
Los cortes de carne provienen de animales de las razas Hereford y Aberdeen Angus. Vale destacar también que, durante la pandemia, luego extendido al normalizarse la situación sanitaria, Lo de Jesús adaptó su oferta con un servicio de delivery que resultó tan exitoso que terminó desarrollándose como una unidad de negocio separada del local.
El crecimiento de esta área ha permitido que actualmente cuenten con cuatro sucursales: Palermo, Belgrano, Caballito y Barrio Norte, así como un centro de producción que maneja tres marcas: Lo de Jesús, La Malbequería y Doña Lola.
Por otra parte, hoy se está llevando a cabo una obra de expansión que permitirá ampliar Lo de Jesús y trasladar La Malbequería a un nuevo espacio contiguo con terraza, donde además de bar de vinos se ofrecerá paralelamente una propuesta de tapeo y pinchos.
En esta visita, se probaron las empanadas de carne (vienen tres unidades y son de tamaño chico, como las salteñas); media porción que parecía entera, de mollejas fileteadas y crocantes, que se acompañaron de morrones asados con ajo frito y perejil.
Otras opciones de entradas eran los buñuelos de acelga con alioli; tortilla de papas; jamón crudo "De Jesús"; burrata con tomates secos, y langostinos patagónicos al ajillo.
Hay otro ítem de "entradas de parrilla", como chorizo y morcilla; provoleta estacionada o "De Jesús" y las citadas mollejas. Hay asimismo tablas de quesos y fiambres en distintos tamaños.
En los cortes de carne ofrecen cinco opciones: bife de chorizo, ojo de bife y lomo, todos de 400 gramos; pechuga de pollo pastoril, y churrasquito de cerdo. Y, entre los especiales, se destacan la entraña de 450 gramos; tira de asado de 800 gramos cinco costillas, o media porción; el t-bone de 850 gramos, y el tomahawk para compartir de 1,6 kilogramo.
Si pidió el ojo de bife y la media porción de tira de asado, que salieron ambos en punto jugoso pedido (muy destacable sobre todo en el asado debido a su escaso grosor, como es habitual). Las papas fritas, bien crocantes, fueron una compañía ideal.
Lo de Jesús no es una simple parrilla, sino que podría ser catalogado como "restaurante de carnes" con un menú bastante amplio, donde denota la presencia de Darío Gualtieri.
Así observamos que cuentan con nueve opciones de platos de cocina, entre ellas los raviolones de espinaca con crema de espinaca y remolachas asadas; ñoquis de papa a la sorrentina; milanesa de bife de chorizo y su variante napolitana; trucha grillada con hinojos salteados a la crema; pacú grillado con mandioca frita, y locro "Lo de Jesús", ideal para estas noches de frío intenso.
El falso "problema" en Lo de Jesús es -como les pasa a los directores técnicos de fútbol con planteles numerosos y calificados-, es tener que elegir el vino entre tamaña cantidad de etiquetas. Los hay de todos los valores, estilos, regiones y cepas. Optamos por un Pyros Syrah sanjuanino, del Valle de Pedernal, de precio muy conveniente.
También está la carta de aperitivos y cócteles, de la cual el Negroni fue una buena elección para entrar en calor en la gélida noche porteña.
Los mozos son del tipo profesional, algunos de trayectoria extensa, lo que hace más fácil nuestro servicio. Y, por otro lado, bueno es destacar que hay buena luz y no molesta la música como sucede lamentablemente en otros lugares, donde olvidan que uno va a comer y a charlar, y no a un boliche bailable.
Nos fuimos pipones y sorprendidos por los cambios y el crecimiento cualitativo de Lo de Jesús, que asimismo cuenta con una muy buena relación precio calidad.