Más tierno que la mantecaViernes, 20 de septiembre de 2024Hace ya mucho tiempo que decidí borrarme de Buena Morfa Social Club (creo que así se llama). Con todo el respeto que uno tiene por Marcelo Crivelli, que tuvo la imaginación para crear un chat masivo sobre gastronomía con mucha repercusión, pasó lo que tenía que pasar: opina cualquiera, critican sin fundamento y todos se creen críticos gastronómicos. Pero la mayoría no tiene ni idea. Es lo que me acaban de contar que ocurrió con el ossobuco de La Casona de Belgrano.
De Buena Morfa, por ejemplo, surgió uno que se cree el rey de la tortilla. Está lleno de 4 de copas que escriben porque es gratis, y encima se creen que son críticos de gastronomía. De tanto leer incongruencias y de sufrir ataques groseros cuando me referí a los pibes "Antigourmet", que criticaban a Palermo y terminaron abriendo en el barrio "hollywoodense" un restaurante, me salí del grupo para nunca más volver.
Pero claro que, de vez en cuando, me cuentan cosas que dicen y que te ponen los pelos de punta (y eso que me quedan pocos). Ayer mismo, un amigo que suele ser habitué de La Casona de Belgrano (el restaurante dentro del Club Belgrano) me mandó la captura de pantalla de un chateo en el cual dos ignotas miembros de BMSC decían lo siguiente:
"Fuimos y lo pedimos. Era sabroso, pero si lo cocinaron 6 horas, como nos dijeron, la carne tendría que haber estado más tierna todavía. P.D.: a nuestro puré le faltaba consistencia". Sobre lo primero, le podemos aconsejar a esta 4 de Copas que coma manteca, que está realmente tierna. Y el puré inconsistente que pida un puré de turrón.
Siguiendo el hilo, la 4 de Bastos, agrega: "A mí no me gustó nada. Los sabores, nada especiales, el ossobuco -coincido con alguien más- no tenía la terneza que tendría que haber tenido respecto a las horas de cocción. El puré muy soso". A 4 de Bastos, le aconsejamos que la próxima vez pida jugo de carne y puré de papa cruda.
Antes de seguir, en lo personal no he ido una vez, sino muchas. Todas las veces que comí el ossobuco estaba tiernísimo, me importa un comino si lo cocinaron seis horas o veinte minutos. Ese plato sale como 30 veces por noche, La Casona de Belgrano es el restaurante que más vende ossobuco en Buenos Aires.
Ergo, si fuera cierto lo que dicen las desconocidas de Buena Morfa, será que la gente es muy imbécil, porque todo el mundo, salvo excepciones ridículas como las de marras, sale elogiando esta creación de Miguel Ángel Sosa. Encima comen 3 personas (y quizá 4), te cobran $ 42.000 y si, así lo querés, recibís un vino de Jorge Rubio por solamente $ 52.000 (dividan por tres o por cuatro y saquen conclusiones, si es barato o no).
A Micky, como le dicen, lo conocemos hace muchos años. Primero fuimos a La Casona de El Retiro y luego a 1980 Parrilla de Culto. Es un profesional de larga trayectoria, inclusive en el exterior. Ha sido quien abrió La Cabrera en Filipinas, es experto en carnes, asador reconocido y ahora logró lo que parecía imposible: llenar todos los días en un restaurante dentro de un club, en el barrio de Belgrano, donde alguien nos dijo una vez que la gente es tan tacaña que comparten hasta el café.
Sería bueno saber qué cucardas pueden colgarse estas personas que escriben en BMSC, como para criticar a un profesional que hace su trabajo y se lo da a muchos empleados. Que, por otro lado, no necesita a los que chatean en este grupo porque siempre llena y da de comer de manera excelente, con una relación precio calidad cercana a lo imbatible.
Para finalizar, nuestra fuente también nos pasó la respuesta de Micky Sosa al respecto: "Hola! Soy Miguel Sosa, propietario de La Casona de Belgrano. Hace 14 años que tengo restaurantes en Zona Oeste y, hace poco más de 1 año abrimos también en Belgrano. Estudié, viajé, me formé como profesional gastronómico, y la verdad es que todo el equipo de mi restaurante hace un gran esfuerzo para dar lo mejor. Tanto el personal como todo el servicio en su totalidad".
"Nos caracteriza escuchar siempre a nuestros clientes con el objetivo férreo de aprender día a día de los errores y de los sin sabores para mejorar y apostar a la mejora continua".
"Tomo a bien TODAS LAS CRITICAS CONSTRUCTIVAS, pero no así los comentarios burlones que sólo buscan hacernos daño. Creía que en Buena Morfa Social Club no se alentaba ese tipo de comentarios. Seguiremos trabajando duro para mejorar cada día y que La Casona de Belgrano sea mejor, cada vez mejor".
"El Osobuco del Rey es nuestra especialidad y, por suerte, lo disfrutan todas las noches decenas de comensales. Si alguno ha tenido la mala experiencia -que todos sabemos que puede suceder-, los invito gustosamente a conversar en privado y compartir experiencias enriquecedoras. Saludos".
Lo que se dice contestar con altura.
A todo esto, únicamente puedo disculparme con Marcelo Crivelli, que obviamente no puede saber lo que pasa en todos los restaurantes de Buenos Aires y a quien respeto. Pero la indignación es tanta, que no tuve más remedio que publicar este comentario.
No sé por qué, pero esta situación me hizo acordar, salvando las distancias, a los dos 4 de Copas que criticaban a Di María y ahora no saben dónde meterse. Y que, en estos últimos días, salieron al ruedo diciendo que le van a hacer juicio al jugador, porque se los menciona en la serie.
A palabras necias, oídos sordos, dice el refrán. Pero a veces la calentura es tanta, que no queda más remedio que responder. No vaya a ser que el día de mañana, BMSC pida que le armen una mesa para sus integrantes en La Casona de Belgrano. Eso sí, no pidan cuchillo, porque para comer el ossobuco no hace falta.
Hace ya mucho tiempo que decidí borrarme de Buena Morfa Social Club (creo que así se llama). Con todo el respeto que uno tiene por Marcelo Crivelli, que tuvo la imaginación para crear un chat masivo sobre gastronomía con mucha repercusión, pasó lo que tenía que pasar: opina cualquiera, critican sin fundamento y todos se creen críticos gastronómicos. Pero la mayoría no tiene ni idea. Es lo que me acaban de contar que ocurrió con el ossobuco de La Casona de Belgrano.
De Buena Morfa, por ejemplo, surgió uno que se cree el rey de la tortilla. Está lleno de 4 de copas que escriben porque es gratis, y encima se creen que son críticos de gastronomía. De tanto leer incongruencias y de sufrir ataques groseros cuando me referí a los pibes "Antigourmet", que criticaban a Palermo y terminaron abriendo en el barrio "hollywoodense" un restaurante, me salí del grupo para nunca más volver.
Pero claro que, de vez en cuando, me cuentan cosas que dicen y que te ponen los pelos de punta (y eso que me quedan pocos). Ayer mismo, un amigo que suele ser habitué de La Casona de Belgrano (el restaurante dentro del Club Belgrano) me mandó la captura de pantalla de un chateo en el cual dos ignotas miembros de BMSC decían lo siguiente:
"Fuimos y lo pedimos. Era sabroso, pero si lo cocinaron 6 horas, como nos dijeron, la carne tendría que haber estado más tierna todavía. P.D.: a nuestro puré le faltaba consistencia". Sobre lo primero, le podemos aconsejar a esta 4 de Copas que coma manteca, que está realmente tierna. Y el puré inconsistente que pida un puré de turrón.
Siguiendo el hilo, la 4 de Bastos, agrega: "A mí no me gustó nada. Los sabores, nada especiales, el ossobuco -coincido con alguien más- no tenía la terneza que tendría que haber tenido respecto a las horas de cocción. El puré muy soso". A 4 de Bastos, le aconsejamos que la próxima vez pida jugo de carne y puré de papa cruda.
Antes de seguir, en lo personal no he ido una vez, sino muchas. Todas las veces que comí el ossobuco estaba tiernísimo, me importa un comino si lo cocinaron seis horas o veinte minutos. Ese plato sale como 30 veces por noche, La Casona de Belgrano es el restaurante que más vende ossobuco en Buenos Aires.
Ergo, si fuera cierto lo que dicen las desconocidas de Buena Morfa, será que la gente es muy imbécil, porque todo el mundo, salvo excepciones ridículas como las de marras, sale elogiando esta creación de Miguel Ángel Sosa. Encima comen 3 personas (y quizá 4), te cobran $ 42.000 y si, así lo querés, recibís un vino de Jorge Rubio por solamente $ 52.000 (dividan por tres o por cuatro y saquen conclusiones, si es barato o no).
A Micky, como le dicen, lo conocemos hace muchos años. Primero fuimos a La Casona de El Retiro y luego a 1980 Parrilla de Culto. Es un profesional de larga trayectoria, inclusive en el exterior. Ha sido quien abrió La Cabrera en Filipinas, es experto en carnes, asador reconocido y ahora logró lo que parecía imposible: llenar todos los días en un restaurante dentro de un club, en el barrio de Belgrano, donde alguien nos dijo una vez que la gente es tan tacaña que comparten hasta el café.
Sería bueno saber qué cucardas pueden colgarse estas personas que escriben en BMSC, como para criticar a un profesional que hace su trabajo y se lo da a muchos empleados. Que, por otro lado, no necesita a los que chatean en este grupo porque siempre llena y da de comer de manera excelente, con una relación precio calidad cercana a lo imbatible.
Para finalizar, nuestra fuente también nos pasó la respuesta de Micky Sosa al respecto: "Hola! Soy Miguel Sosa, propietario de La Casona de Belgrano. Hace 14 años que tengo restaurantes en Zona Oeste y, hace poco más de 1 año abrimos también en Belgrano. Estudié, viajé, me formé como profesional gastronómico, y la verdad es que todo el equipo de mi restaurante hace un gran esfuerzo para dar lo mejor. Tanto el personal como todo el servicio en su totalidad".
"Nos caracteriza escuchar siempre a nuestros clientes con el objetivo férreo de aprender día a día de los errores y de los sin sabores para mejorar y apostar a la mejora continua".
"Tomo a bien TODAS LAS CRITICAS CONSTRUCTIVAS, pero no así los comentarios burlones que sólo buscan hacernos daño. Creía que en Buena Morfa Social Club no se alentaba ese tipo de comentarios. Seguiremos trabajando duro para mejorar cada día y que La Casona de Belgrano sea mejor, cada vez mejor".
"El Osobuco del Rey es nuestra especialidad y, por suerte, lo disfrutan todas las noches decenas de comensales. Si alguno ha tenido la mala experiencia -que todos sabemos que puede suceder-, los invito gustosamente a conversar en privado y compartir experiencias enriquecedoras. Saludos".
Lo que se dice contestar con altura.
A todo esto, únicamente puedo disculparme con Marcelo Crivelli, que obviamente no puede saber lo que pasa en todos los restaurantes de Buenos Aires y a quien respeto. Pero la indignación es tanta, que no tuve más remedio que publicar este comentario.
No sé por qué, pero esta situación me hizo acordar, salvando las distancias, a los dos 4 de Copas que criticaban a Di María y ahora no saben dónde meterse. Y que, en estos últimos días, salieron al ruedo diciendo que le van a hacer juicio al jugador, porque se los menciona en la serie.
A palabras necias, oídos sordos, dice el refrán. Pero a veces la calentura es tanta, que no queda más remedio que responder. No vaya a ser que el día de mañana, BMSC pida que le armen una mesa para sus integrantes en La Casona de Belgrano. Eso sí, no pidan cuchillo, porque para comer el ossobuco no hace falta.
