Pronto será "El Retorno"Domingo, 6 de octubre de 2024Esta parrilla tradicional de la Zona Norte, es otro caso que demuestra que se puede dar de comer perfectamente a precio accesible, sin desmedro de la calidad. No hay secretos en la gastronomía y, cuando se evitan sofisticaciones y lujos innecesarios, el público avala este tipo de propuestas. De ahí que El Retorno haya alcanzado 30 años de trayectoria, en Villa Adelina.
El Retorno - Dirección: Avenida de Mayo N° 329, Villa Adelina. Teléfono: 011 3413 2887. Horarios: todos los días, de 11:00 a 16:00, y de 19:00 a 00:00. Instagram: @elretornoresto
En 1994, El Retorno se instaló en una esquina estratégica de Villa Adelina. Alcanzar 30 años en gastronomía, con una economía tan caótica como la argentina, no es cosa de todos los días. Menos aún que, un día martes en que nos tocó visitar el lugar, hubiera lleno casi completo. Es algo que reconforta ante tanta malaria como la que atraviesa el sector.
Secretos no hay, por cierto. Si uno ofrece buena comida y a precios accesibles, no tiene por qué haber sobresaltos más allá de la inflación y los avatares que nos regala el país.
En esta esquina de la transitada Avenida de Mayo, en Villa Adelina, el local nos llama la atención por sus luces que le dan un marco de vida nocturna a esta parte de la Zona Norte.
El local cuenta con dos salones, uno de ellos el principal donde nos ubicaron junto a la ventana. Desde allí observamos la parrilla y la cocina, y también el salad bar, que es de autoservicio.
Y el otro espacio, más pequeño, separado del anterior por un pasillo, para que juntos completen un aforo de 86 comensales en total. Ahora que se viene el buen clima, también se puede disfrutar de una comida al aire libre, ya que en la vereda hay capacidad para otras 60 personas.
Para comenzar, cómo no optar por las empanadas, fritas o al horno, entre las cuales
la más pedida según reza el menú, son las de carne cortada a cuchillo (las que elegimos, fritas por supuesto), muy jugosas. Hay también otras variedades: carne picada, pollo con jamón y mozzarella; verduras y mozzarella). Llegan a la mesa con chimichurri y salsa criolla.
Hay asimismo otra opción popular como el choripán, además de chorizo y morcilla al plato; así como rabas con mayonesa cítrica. Lo que se pidió para agregar como entrada a las empanadas, fueron las mollejas que llegaron a la mesa alineadas en una brocheta.
La carta propone para continuar, con opciones de parrilla, minutas, pastas, wraps, platos de olla, sándwiches y ensaladas. Como para contentar a todos los comensales.
Entre las minutas, sobresalen la milanesa de ojo de bife acompañada por cintas al huevo con manteca (combinación cada vez más presente en los restaurantes), así como de ternera, napolitana y sus versiones de suprema de pollo en lugar de carne vacuna. Y otra de cerdo (tonkatsu) apanada en panko, con cebolla, pepinos y papas rústicas.
En el rubro de pastas, las alternativas son las mismas cintas que acompañan las milanesas, o bien ñoquis, ravioles de verdura y sorrentinos de jamón y muzzarella. Los platos de olla, por el momento son las cazuelas de lentejas o de ternera, y arroz con pollo.
La elección en nuestra mesa derivó para el lado de la parrilla, para lo cual la recomendación de la camarera fue determinante (y tenía razón). Con la parrillada para 2, comimos 3 y aún quedo algo en el brasero.
El mismo traía varias tiras de asado banderita, bondiola de cerdo, un chorizo, una morcilla, riñones y chinchulines, más dos guarniciones. La de cuatro lleva además matambre tiernizado, pollo y tres acompañamientos a elección. Pedimos asimismo las papas rústicas.
Otro clásico de la casa es el matambre a la pizza, marinado durante cuatro horas en leche y, una vez desgrasado, se cocina a la parrilla y se le suma salsa de tomate y mozzarella.
En el capítulo de parrilla, también se puede pedir en forma individual asado banderita, entraña, bife de chorizo, bondiola, pollo, y ribs de cerdo con ensalada coleslaw y papas rústicas.
Para el final, el budín de pan coronado con dulce de leche artesanal es el postre que recomiendan. Además, copa marquise servida con base de brownie, dulce de leche, crema, salted caramel y maní, más otras opciones clásicas porteñas.
Hay una carta de vinos con muy buenos precios (llevamos los nuestros y no nos cobraron descorche).
Durante la semana El Retorno ofrece promociones como su menú ejecutivo -disponible de lunes a viernes, desde las 12:00 hasta las 16:00, que incluye principal a elección acompañado de bebida, postre o café. Los martes y miércoles ofrecen descuento especial en toda la carta, para el pago en efectivo.
A modo de referencia y tomando en cuenta que la fecha de la visita fue a fines de septiembre, la cuenta llegó a $ 80.000 para tres comensales (empanadas, mollejas, parrillada para 3, papas rústicas, un postre, aguas en botella nada de filtrada). Lo dicho, llevamos el vino. Muy bien, sin dudas. Como para que El Retorno sea pronto.
Esta parrilla tradicional de la Zona Norte, es otro caso que demuestra que se puede dar de comer perfectamente a precio accesible, sin desmedro de la calidad. No hay secretos en la gastronomía y, cuando se evitan sofisticaciones y lujos innecesarios, el público avala este tipo de propuestas. De ahí que El Retorno haya alcanzado 30 años de trayectoria, en Villa Adelina.
El Retorno - Dirección: Avenida de Mayo N° 329, Villa Adelina. Teléfono: 011 3413 2887. Horarios: todos los días, de 11:00 a 16:00, y de 19:00 a 00:00. Instagram: @elretornoresto
En 1994, El Retorno se instaló en una esquina estratégica de Villa Adelina. Alcanzar 30 años en gastronomía, con una economía tan caótica como la argentina, no es cosa de todos los días. Menos aún que, un día martes en que nos tocó visitar el lugar, hubiera lleno casi completo. Es algo que reconforta ante tanta malaria como la que atraviesa el sector.
Secretos no hay, por cierto. Si uno ofrece buena comida y a precios accesibles, no tiene por qué haber sobresaltos más allá de la inflación y los avatares que nos regala el país.
En esta esquina de la transitada Avenida de Mayo, en Villa Adelina, el local nos llama la atención por sus luces que le dan un marco de vida nocturna a esta parte de la Zona Norte.
El local cuenta con dos salones, uno de ellos el principal donde nos ubicaron junto a la ventana. Desde allí observamos la parrilla y la cocina, y también el salad bar, que es de autoservicio.
Y el otro espacio, más pequeño, separado del anterior por un pasillo, para que juntos completen un aforo de 86 comensales en total. Ahora que se viene el buen clima, también se puede disfrutar de una comida al aire libre, ya que en la vereda hay capacidad para otras 60 personas.
Para comenzar, cómo no optar por las empanadas, fritas o al horno, entre las cuales
la más pedida según reza el menú, son las de carne cortada a cuchillo (las que elegimos, fritas por supuesto), muy jugosas. Hay también otras variedades: carne picada, pollo con jamón y mozzarella; verduras y mozzarella). Llegan a la mesa con chimichurri y salsa criolla.
Hay asimismo otra opción popular como el choripán, además de chorizo y morcilla al plato; así como rabas con mayonesa cítrica. Lo que se pidió para agregar como entrada a las empanadas, fueron las mollejas que llegaron a la mesa alineadas en una brocheta.
La carta propone para continuar, con opciones de parrilla, minutas, pastas, wraps, platos de olla, sándwiches y ensaladas. Como para contentar a todos los comensales.
Entre las minutas, sobresalen la milanesa de ojo de bife acompañada por cintas al huevo con manteca (combinación cada vez más presente en los restaurantes), así como de ternera, napolitana y sus versiones de suprema de pollo en lugar de carne vacuna. Y otra de cerdo (tonkatsu) apanada en panko, con cebolla, pepinos y papas rústicas.
En el rubro de pastas, las alternativas son las mismas cintas que acompañan las milanesas, o bien ñoquis, ravioles de verdura y sorrentinos de jamón y muzzarella. Los platos de olla, por el momento son las cazuelas de lentejas o de ternera, y arroz con pollo.
La elección en nuestra mesa derivó para el lado de la parrilla, para lo cual la recomendación de la camarera fue determinante (y tenía razón). Con la parrillada para 2, comimos 3 y aún quedo algo en el brasero.
El mismo traía varias tiras de asado banderita, bondiola de cerdo, un chorizo, una morcilla, riñones y chinchulines, más dos guarniciones. La de cuatro lleva además matambre tiernizado, pollo y tres acompañamientos a elección. Pedimos asimismo las papas rústicas.
Otro clásico de la casa es el matambre a la pizza, marinado durante cuatro horas en leche y, una vez desgrasado, se cocina a la parrilla y se le suma salsa de tomate y mozzarella.
En el capítulo de parrilla, también se puede pedir en forma individual asado banderita, entraña, bife de chorizo, bondiola, pollo, y ribs de cerdo con ensalada coleslaw y papas rústicas.
Para el final, el budín de pan coronado con dulce de leche artesanal es el postre que recomiendan. Además, copa marquise servida con base de brownie, dulce de leche, crema, salted caramel y maní, más otras opciones clásicas porteñas.
Hay una carta de vinos con muy buenos precios (llevamos los nuestros y no nos cobraron descorche).
Durante la semana El Retorno ofrece promociones como su menú ejecutivo -disponible de lunes a viernes, desde las 12:00 hasta las 16:00, que incluye principal a elección acompañado de bebida, postre o café. Los martes y miércoles ofrecen descuento especial en toda la carta, para el pago en efectivo.
A modo de referencia y tomando en cuenta que la fecha de la visita fue a fines de septiembre, la cuenta llegó a $ 80.000 para tres comensales (empanadas, mollejas, parrillada para 3, papas rústicas, un postre, aguas en botella nada de filtrada). Lo dicho, llevamos el vino. Muy bien, sin dudas. Como para que El Retorno sea pronto.