Lo que dejó el pop up de Sur en Sál

Unidos por la cocina nórdica

Miércoles, 15 de enero de 2025

Lejos está todavía la cocina de los países nórdicos de popularizarse entre nosotros. Fuera de los restaurantes de clubes vinculados a las embajadas (Dinamarca y Suecia), el único audaz que tuvo la visión de abrir un restaurante de esas apasionantes culinarias fue Nicolás Díaz Martini con su Restaurante Sál (palabra que significa "alma" en islandés. Días pasados, recibió la visita de Nicolás Peranic y Romina Yanarello, dueños de "Sur", un emprendimiento propio que tienen en Oslo, la capital de Noruega. Y ahí estuvo Fondo de Olla © para contarles la experiencia.

Un pop up, palabras que en inglés refieren a que una cocina de restaurante se abre para recibir a chefs invitados, es una aventura que tiene su pros y sus contra. No es fácil para un cocinero (en este caso fueron dos) "jugar" de visitante, elaborar platos con insumos que muchas veces no son los originales si es que vienen del exterior, a lo que hay que sumar que no resulta nada fácil manejarse en cocina ajena.

No nos gustan en FDO los anglicismos, pero la verdad es que peor resulta utilizar el verbo "intervenir", que solemos escuchar muchas veces cuando se dice que fulano interviene la cocina de zutano.

Hecho este comentario, lo importante es que tuvimos la posibilidad de degustar un menú a seis manos, que brindaron los argentinos Nicolás Peranic y Romina Yanarello, propietarios del Restaurante Sur, ubicado en Oslo, la capital de Noruega, junto al dueño de casa, Nicolás Díaz Martini, en Sál Cocina Nórdica.

La pareja de cocineros tiene como antecedentes un paso por los Faena y Four Seasons (México). Ambos se formaron en el Basque Culinary Center, él como profesional gastronómico y ella, como pastelera.

A partir de esa experiencia, pasaron por restaurantes con Estrellas Michelin, como Kokkeriet, Kong Hans Kælder, 108 -Sister Restaurant de Noma-, Maaemo, A'Laise. Copenhague fue otro de los lugares en los que se formaron y trabajaron.

En plena pandemia y, con los restaurantes cerrados, encontraron en nuestras tradicionales empanadas caseras un modo de subsistir, con la fortuna de que, además, de la publicidad boca en boca, el crítico de un diario local las probó y los invitó a su programa. Ahí comenzaría otra historia bien distinta.

Una visita de otro crítico que los había conocido en algunos de los restaurantes en los que trabajaban, hizo que los teléfonos explotaran, hasta que llegó la propuesta de abrir su propio emprendimiento. Apenas había transcurrido un mes entre una visita y otra.

Así nació Sur (en referencia a la ubicación geográfica de la Argentina en el mapa, pero también porque esa palabra en noruego significa "ácido"). Se trata de un restaurante en el que sirven un menú de pasos utilizando "técnicas, ingredientes e inspiración argentina".

El menú de pasos nos permitió probar platos desconocidos para nosotros, y algunos más que suele ofrecer Díaz Martini en su restaurante situado en Plaza Italia.

No podía comenzar la degustación sin un smørrebrød, los tradicionales sándwiches abiertos daneses, pero esta vez con ingredientes poco convencionales: navajuelas, corazón de pollo y mayonesa de gírgolas ahumadas. Potente combinación y sabores intensos.

El snack fue una tarteleta con masa de wantan, rellena de mayonesa de estragón, langostinos, frutilla y acedera roja. Ambas preparaciones fueron acompañadas por el FIN Single Vineyard Chardonnay, de Bodega del Fin del Mundo.

Hubo luego dos entradas, Primero una ensalada fría de espárragos, puerros, uvas blancas lactofermentadas, su jugo y perifolio. Refrescante, ideal para el clima que estamos atravesando en Buenos Aires.

Lo que vendría fue el plato de la noche, según nuestro punto de vista. Se trató de una reversión de la fiskesuppe (sopa de pescado noruega, que allá se prepara con bacalao), y que aquí llevaba brótola, mejillones, limón encurtido y eneldo.

Una catarata de sabor y deslumbrante presentación, que nos dejó con ganas de repetir. Un plato extraordinario. Lo maridaron con FIN Single Vineyard Pinot Noir.

Previo al paso siguiente, nos acercaron un pan especialmente elaborado para acompañar la carrillera en cocción lenta, con bisqué, centolla, papines en miel de enebro. Otro jugado ensamble entre tierra y mar, con Fin del Mundo Special Blend como adecuada compañía.

Finalmente, los postres fueron responsabilidad de Romina, quien nos ofreció un sorbet de pepino y pera (rosa de pera y pepino, cedrón, eneldo, merengue), que fue como un paso delicado entre lo salado y lo dulce), y mousse de chocolate blanco, sorbet, gel y brotes de arvejas, más ganache de chocolate blanco. Fin del Mundo Brut Nature es lo que se sirvió con estos dos últimos pasos.

Fue una experiencia más que interesante y que, en lo particular, nos hizo revivir esos frecuentes viajes de otras épocas a Dinamarca, donde hemos sabido aprehender los sutiles sabores levemente agridulces de la comida escandinava. 

Más de Gastronomía
Para estar bien de la croqueta
Gastronomía

Para estar bien de la croqueta

Para la RAE significa: "porción de masa, generalmente redonda u ovalada, hecha con un picadillo de jamón, carne, pescado, huevo u otros ingredientes, que, ligado con besamel, se reboza en huevo y pan rallado y se fríe en aceite abundante". Pero en nuestro lunfardo, la croqueta es el "cerebro" o la "cabeza". O sea que, para estar bien de la croqueta (aunque parezca mentira también tiene su día de celebración), este 16 de enero no debe faltar en tu plato.
Vinos a la puesta del sol
Gastronomía

Vinos a la puesta del sol

Novotel Buenos Aires propone disfrutar de una experiencia gastronómica única a través de su Sunset Wine, junto a C de Catas, que se celebrará el 16 de enero a las 19:30.

Un pop up de estilo mexicano
Gastronomía

Un pop up de estilo mexicano

El chef ejecutivo del Hotel Pulitzer, Agustín Monticelli, recibirá a su colega Alejandro López, creador de Bullnes Cantina de Tacos, para celebrar juntos los sabores típicos de México.