Boûlan celebra el Día Mundial del Croissant

La historia cuenta que, en 1683, el ejército otomano llegó de noche a la ciudad y fueron los panaderos vieneses quienes, al escuchar el ruido que generaba el grupo militar, alertaron a la guardia y eso permitió que se defendieran a tiempo.

Para celebrar este hecho, el Rey Jan Sobieski III instó a los panaderos a crear un bollo con forma de medialuna al que llamaron hörnchen (un símbolo del Islam), y así conmemorar la victoria.

Aunque muchos lo asocian exclusivamente con Francia, el croissant tiene una historia rica en cultura y evolución, que lo ha llevado a ser reinterpretado en todo el mundo.

En la Argentina, donde la tradición panadera es parte de nuestra identidad, el croissant suele confundirse con la medialuna.

Fiel a su estilo artesanal, el croissant de Boûlan representa la simpleza. Es una pieza de pastelería que lleva pocos ingredientes, pero de alta calidad. ¿El secreto?: muchas horas de preparación entre amasado, leudado y enfriado, para que tenga ese hojaldre y esa masa tan aireada, tierna y llena de sabor.

Diferencias con la medialuna

Diego Muscat, chef boûlanger Leandro de Boûlan, asegura que el secreto de sus croissants radica en evitar el uso de conservantes y aditivos, priorizando siempre la calidad de las materias primas.

Para su elaboración se emplean ingredientes cuidadosamente seleccionados, como manteca de calidad y un respeto especial a los tiempos de reposo de las masas para lograr sabores y aromas naturales propios de la fermentación lenta por largo tiempo.

Diego nos explica las diferencias entre el croissant y las medialunas: "el croissant tiene un sabor neutro, lo que lo convierte en un lienzo perfecto para combinaciones dulces o saladas. Por ejemplo, ofrecemos una versión dulce con almendras y otra salada con queso gratinado. En contraste, la medialuna se caracteriza por ser más dulce, especialmente la de manteca, aunque también existe la versión de grasa, menos dulce y con un perfil más sutil".

Sobre su aspecto, el chef aclara: "el croissant se distingue por su tamaño más grande y sus puntas rectas, mientras que la medialuna, más pequeña, presenta una curvatura pronunciada que la hace inconfundible. Además, una diferencia notable está en el acabado: la medialuna suele tener un brillo característico debido al almíbar que la recubre, lo que también le aporta suavidad. Por otro lado, el croissant, con su textura crujiente y apariencia opaca, refleja la esencia de la masa hojaldrada sin necesidad de glaseado".

Uno de los secretos de su preparación es el laminado. Al respecto, Muscat agrega: "el croissant se elabora a partir de una masa laminada con manteca que es plegada varias veces, logrando esa estructura ligera y aireada con alvéolos característicos. Mientras que las medialunas, aunque pueden ser hojaldradas, generalmente son más compactas".

En Boûlan, la dedicación al arte de la panadería artesanal cobra vida en cada uno de sus croissants, donde la calidad de los ingredientes y la exclusividad de las recetas elevan cada pieza a una experiencia única.

Estas sugerencias de maridajes buscan realzar las características de cada croissant, creando una experiencia de degustación equilibrada y placentera.

Croissant au fromage: este croissant es una celebración de texturas y sabores. La delicada masa hojaldrada, trabajada cuidadosamente para lograr la perfección en cada capa, se combina con un gratinado de queso Reggianito, que aporta un toque distintivo. El contraste entre la ligereza de la masa y el carácter intenso del queso crea un equilibrio irresistible, ideal para quienes buscan un bocado salado lleno de sabor.

¿Cómo maridarlo?

Café: un café cortado, que combina la intensidad del espresso con un toque de leche, armoniza bien con la riqueza del queso, equilibrando los sabores sin opacarlos.

Té: un té chai, con sus notas especiadas y cuerpo robusto, complementa la intensidad del queso, ofreciendo un contraste interesante y equilibrado.

Croissant d'amande: perfecto para momentos de indulgencia, este croissant lleva el placer a otro nivel. Su interior está delicadamente relleno de una suave crema de almendras, cuya textura y sabor refinado se nota en cada bocado. La cobertura de almendras fileteadas, combinada con un glaseado de almíbar, añade un toque crujiente y dulce que lo convierte en la elección perfecta para desayunos o meriendas donde se desea un toque especial.

¿Cómo maridarlo?

Café: Un café moka, que combina café, leche y chocolate, realza las notas de almendra y añade una capa adicional de dulzura, creando una combinación indulgente.

Té: Un té verde, con su frescura y ligeras notas herbales, contrasta y equilibra la dulzura del croissant, limpiando el paladar entre cada bocado.

Croissant clásico: Para los amantes de la tradición, el croissant clásico de Boûlan rinde homenaje a la receta original. Su masa, elaborada con manteca de primera calidad, refleja el compromiso con la excelencia y el respeto por los procesos tradicionales. Este croissant es la máxima expresión de lo esencial: un exterior dorado y crujiente que resguarda un interior tierno, ligero y lleno de sabor.

¿Cómo maridarlo?

Café: un café con leche es una elección clásica que complementa lo mantecoso del croissant, ofreciendo una experiencia suave y reconfortante.

Té: un té rojo (Pu-Erh), con su perfil de sabor profundo y matizado, armoniza con la riqueza del croissant, aportando complejidad al maridaje.

¿Dónde encontrarlos?

Los croissants de Boûlan están disponibles en sus cuatro sucursales de CABA: Ugarteche 3045, Sinclair 3196, Vuelta de Obligado 1972 y Avenida Crámer 2177. También pueden adquirirse a través de la tienda online: www.tiendaBoûlan.com.ar