Antares no para; esta vez con el nuevo local en la esquina de Venezuela y Bolívar, ofrece sus diez cervezas, tragos con cerveza y platos en los cuales la bebida también se utiliza en la preparación.
Antares, la cerveza marplatense sigue conquistando Buenos Aires. A sus locales tradicionales (Palermo, Cañitas) se sumó ahora San Telmo, en una esquina privilegiada y dos plantas. En el salón de la planta baja, dominan el panorama las choperas de las cuales salen una decena de variedades de cerveza, que se pueden pedir como medias pintas o pintas enteras: Kölsch, Scotch, Porter, Honey Beer, Cream Stout, Barley Wine (10º de contenido de alcohol), Imperial Stout, India Pale Ale, Playa Grande y la “Cerveza de Pizarrón”. En el salón del primer piso, está la posibilidad de jugar con tejos y dardos, sin descuidar el objetivo central que es beber cerveza, mucha y buena.
Hay que decir que la ampliación de sucursales no ha variado la calidad del producto, que continúa siendo sigilosamente controlado por los creadores de la marca. Se puede negociar otra cosa, nunca la “artesanalidad” (perdón por el neologismo) del producto. La casa también ofrece algunos tragos hechos con cerveza, como el Irish Car Bomb (Cream Stout y Bailey’s), Michelada (Kölsch, limón, salsa inglesa y tabasco) y Black Velvet (Cream Stout y champagne).
Antares agrandó la familia pero no tanto, porque lo importante sigue siendo preservar la calidad artesanal de la cerveza. En este caso, de la mano de Martín Narvarte, franquiciado, la fiesta llegó a San Telmo.
La propuesta de cocina de Antares responde al estándar de todos los locales, es decir un acompañamiento adecuado para la birra, ama y dueña de la casa, porque así lo quieren los clientes. Hay tablas combinadas, tapas, pizzetas, “porciones” (entre ellas las infaltables papas Antares con salsa de cuatro quesos, panceta grillada y cebolla de verdeo), sándwiches, ensaladas, platos principales y especialidades con cerveza. Se recomienda acompañar la Antares Playa Grande con un ceviche. También hay algunas opciones “alemanas”, como Knakwürst con chucrut y papas rústicas para beber una pinta de Porter; las mismas salchichas Knakwürst pero con cerdo, repollo blanco y cebolla colorada, con India Pale Ale; más cazuela de cerdo a la Honey Beer, y lomo envuelto en panceta a la Imperial Stout, entre otros. Diariamente, conviene consultar por la sugerencia del chef. Por el lado de los postres, curioso tiramisú a la Imperial Stout, y Copa San Telmo.
El “happy hour” va desde las 19 a las 20 (martes y viernes desde las 18), con un tentador 2x1 en cerveza. Y no olvidarse de que se pueden comprar vasos de media pinta y de pinta, chopp de cerámica, vasos de un litro con logo, remeras y por supuesto botellas para llevar. Antares San Telmo no defrauda, sobre todo al público joven cada vez más adicto a la cerveza, acompañada en este caso con platos ricos y por supuesto música estridente que parece no molestar a nadie.
