El mundo de los restaurantes y cafés temáticos puede llegar a los lugares más insólitos. En Córdoba acaban de inaugurar "Café con Dios". En este lugar, los cafés son apóstoles y los sánguches mandamientos.
Si bien ya conocíamos al particular restaurante de las "monjas" de Luján, donde en medio de la comida todo se detiene para cantar el Ave María, el mundo gastronómico ha ido más allá en la capital mediterránea con un bar temático que invita a la charla, sin televisión, pero con música católica y evangélica de fondo y publicaciones religiosas, incluida la Biblia. Los mozos deben seguir un "protocolo especial", que incluye no contestar agravios. Hay una planta especial de reuniones dedicada a un cura.
"Café con Dios" fue creado por siete miembros del Movimiento Católico de la Renovación Carismática. Ubicado a pocos metros de la Catedral, en la calle Obispo Trejo, Café con Dios ofrece una atmósfera apacible, que invita a la charla, sin televisión, pero con música católica y evangélica de fondo y publicaciones católicas a la mano, incluida la Biblia, para quienes quieren acompañar el café con la lectura. "También están los diarios de Córdoba y algunos periódicos nacionales. La gente viene, lee y se toma su café diario. También hay bebidas alcohólicas, como cerveza o vino", relata Antonio Melone, uno de los socios de la cafetería.
Los cafés, como los doce apóstoles
El menú es una de las curiosidades de este lugar donde, por ejemplo, los cafés fueron bautizados con los nombres de los doce apóstoles. Aquí un cortado es "un Pedro" y un submarino es un "Judas Tadeo".
Si te ofrecen "paz", el café vendrá acompañado de un croissant. Los sánguches tienen los nombres de los diez mandamientos: si desea uno de jamón y queso, sólo hay que decir "amarás a Dios por sobre todas las cosas" y aparecerá.
La ambientación también va acorde, con un mural con fotos de papas, santos y fundadores de movimientos eclesiásticos y la imagen de una paloma, símbolo del Espíritu Santo. "Quisimos un lugar tranquilo, donde se puede tomar café servido por gente que tiene una vida de oración, ya que los mozos (camareros) no son profesionales pero sí tienen mucha vida interior", explica Melone.
Sin embargo, asegura, la idea del bar no es la de imponer una prédica religiosa o generar debates doctrinales. "No buscamos eso. Esta es una cafetería como cualquier otro bar temático. Pero sí debe ser un sitio de pacificación, donde prime la cordura y la reflexión", afirma.
Por eso los mozos deben seguir un "protocolo especial", que incluye no contestar agravios y permitir la venta ambulante, algo que prohíben en otros bares para no molestar a los clientes.
Un espacio especial, para un cura popular
En la primera planta del bar está el salón Cura Brochero, dedicado a un sacerdote local en proceso de beatificación y que es lugar de reunión de grupos eclesiales que no pagan por su uso, aunque sí deben hacer una consumición mínima de la cafetería.
Más allá de los clientes habituales, este bar es parada obligada en el circuito de turismo religioso de Córdoba, donde destacan las construcciones jesuíticas.
"Vienen personas de todos lados porque los guías traen a los turistas", cuenta Melone, algo sorprendido con la inusitada popularidad de este lugar que invita a pensar en Dios, entre taza y taza de café.