El Papa comió papas

Viernes, 15 de marzo de 2013
Las “monjas” de Luján pueden ahora darse corte de que el Papa comió alguna vez (o varias) las famosas papas Dauphine de L’Eau Vive. No tenemos dudas de que Francisco debe tener predilección por este lugar donde se canta el Ave María.



Curiosidades semánticas. En este caso, hay una asociación inevitable entre Papa y papas. Está claro que este tubérculo es responsable de salvar de la hambruna a muchos pueblos del planeta. En la vieja Unión Soviética, por caso, era el principal sostén alimentario de la población. Un cultivo noble, que soporta excesos climáticos y cuyo precio siempre ha sido accesible. Hoy, en nuestro país, las cosas han cambiado y para mal. Un kilo de papas llega a costar hasta 11 pesos, incluida aun la “congelación” morenista. Pero al final no estamos acá para referirnos a la papa como alimento en sí, sino para mencionar a Su Santidad, Jorge Mario Bergoglio, desde ahora Francisco, y capo máximo del Vaticano. Lo hemos perdido como argentino, pero hoy tenemos a los dos personajes más famosos de la actualidad en el mundo: el Papa y Messi. Curiosamente, un día antes de la elección del cardenal compatriota, el rosarino deslumbraba en el Camp Nou, frente a los italianos del Milan. Uno y otro, Francisco y Lionel, como la mitad de nosotros, tienen apellidos itálicos. Imaginamos que Francisco, hincha de San Lorenzo, estaría más cómodo recibiendo a Messi que a Diego. Pero dejemos al fútbol también.

El Papa, como todos los mortales, debe tener sus propios gustos terrenales, entre ellos comer. Se dice que es un tipo austero, que muy pocas veces utilizó el auto con chofer a su disposición, que viajaba en subte y colectivo, que es el único cardenal que llegó al cónclave caminando, que no debe tomar vinos muy caros y que debe ser frugal para alimentarse, pese a todo eso necesariamente tendrá sus lugares favoritos para comer. Y no tenemos dudas de que L’Eau Vive de Argentina necesariamente tiene que ser uno de sus restaurantes favoritos.

Estamos hablando de las “monjas” de Luján, para mejor decir las laicas consagradas de origen francés y de sus excolonias de ultramar, varias de ellas de raza negra, que atienden el famoso restaurante donde todo lo que se recauda se destina a los carecientes de la zona. Es el lugar donde en su momento, ya se almuerzo o cena, se bajas las luces, te dan una hoja con la letra y si querés, cantás el Ave María. Creemos que a Francisco (cuando era Jorge Mario) no le habrán apagado la calefacción a las 11 de la noche para que “te vayas a tu casa” temprano, como nos pasó a nosotros.

Curiosidades de la semántica, seguro que el Papa comió las infaltables papas Dauphine. En L’Eau Vive están siempre omnipresentes para acompañar el pato, el pollo, la trucha y cualquier plato principal. Son una especie de bombitas o profiteroles, que llevan el nombre de una región francesa. Por eso decimos que en alguna de sus visitas al restaurante de las “monjas de Luján”, seguro que el Papa comió papas.

L’Eau Vive de Argentina - Constitución 2112, Luján- Tel.: (02323) 421-774. Martes a sábados mediodía y noche, domingos al mediodía. Principales tarjetas.

 



 
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