Por la cara de una monedaViernes, 23 de noviembre de 2012Nuestro columnista secreto, Max Carnage, nos cuenta su experiencia en lo de “El Tejano”. Una especie de “closed doors” donde queda demostrado que los yanquis saben comer muy bien. No todo es “fast food” en la tierra del Tío Sam.
Larry Rogers dejó su Texas natal allá por el año 2006, luego de haberse recibido en la carrera de “Economías y Negocios en Latinoamérica” en la Universidad de Austin.
Tenía en claro que sus estudios darían frutos justamente en nuestra región y por eso, sin dudar un segundo, vendió todo lo que tenía, preparó su pasaporte y emulando a Harvey Dent, el villano y enemigo de Batman también conocido como “Dos caras”, dejó su destino al azar de una moneda, Chile era cara y la Argentina era seca. Por suerte para nosotros, seca fue la que decidió el rumbo de Larry.
Principalmente, Larry comienza su carrera gastronómica comercializando salsa picante y salsa BBQ de su autoría bajo la marca “El Tejano”, deliciosas y muy aromáticas gracias a la variedad y calidad de los productos que utiliza para elaborarlas.
El Tejano BBQ & Sides nace por la necesidad de comer y compartir los sabores originales de su patria chica, preparado como sólo un tejano puede hacerlo. Aunque no se trata de un restaurant donde podemos asistir a diario, es básicamente un evento que se realiza de forma periódica a puertas cerradas y que hace casi un año nos ofrece deliciosas barbacoas y todo tipo de comida clásica estadounidense bajo el lema:
“All can you eat”, que no es lo mismo que tenedor libre según nos explica Larry, ya que es él mismo quien se encarga de servir a cada uno de los comensales sin que ellos tengan que moverse de la mesa.
En el lugar nos encontramos con una enorme mesa imperial que vamos a compartir con el resto de los invitados, que en muchas ocasiones son compatriotas del anfitrión, así que los que sepan algo de inglés tendrán una buena excusa para ponerlo en práctica. En un principio parece un poco “incómodo” compartir la mesa, pero con el transcurrir de la cena nos damos cuenta de que esta decisión resulta más que acertada, ya que hace a la velada informal y relajada.
Mientras esperamos al resto de los comensales del día, amenizamos el tiempo probando las delicias que hay dispersas por la mesa: pepinillos en vinagre, pickles, baby corn y un excelente pan de maíz y jalapeño, levemente dulce y de textura suave que se desgrana en la boca. Después de la pequeña entradita, aparece Larry con un enorme tablón que apoya en la cabecera de la mesa, su lugar de batalla, y comienza a filetear el Brisket (tapa de asado) que fue ahumado durante nueve horas cubierto con la receta especial de 18 ingredientes de los que Larry no tiene problema en enumerar. La tapa se corta en finas lonjas y se puede apreciar una aureola rosada en la parte externa, que se torna marrón hacia el centro (ésta es marca registrada de un Brisket bien preparado, un tema aparte es la terneza de la carne, la cual no necesita más que el borde del tenedor para ser cortada).
Las meseras nos alcanzan el plato cargado de carne ahumada y nos recomiendan agregar salsa barbacoa también hecha por el texano. Como guarnición tenemos la clásica ensalada de Coleslaw (repollo colorado, zanahoria y aderezo de crema y mayonesa) condimentada en el punto justo, los que conocen esta simple ensalada sabrán que son pocos los lugares donde la preparan correctamente, simplemente perfecta.
Después de otra ronda de Brisket es hora de probar las famosas Ribbs, ésas que tan de moda están por estos días: costillas de cerdo que tienen 5 horas de cocción sobre las brasas y pintada cada 30 minutos con la salsa BBQ compuesta por unos humildes 22 ingredientes, Larry las apoya sobre el tablón, comienza a cortar las porciones y mientras lo hace, cuenta anécdotas, hace chistes, charla y no puede evitar dar a conocer su pasión por lo que hace. Mientras nos deleitamos con su carisma y la comida, el texano va escaneando con una mirada casi imperceptible a cada comensal, observa las reacciones, los platos, los vasos y se asegura de que todo salga perfecto, porque en estos momentos la moneda de Larry tiene la misma cara de ambos lados y dice “Perfección”.
Ya con el plato delante de mí y con las incontenibles ganas de llevarme esas deliciosas costillas a la boca simplemente con las manos, pero limitado un poquito por la vergüenza, escucho entre los invitados una voz femenina decir: “¡esto se come así!”. Y tomando las ribbs con sus dedos le pega un mordisco que deja el hueso completamente limpio. La carne es muy tierna, algo de esperar después de tantas horas sobre el calor y sumado al tiempo previo de maceración, pero con cierta consistencia y firmeza que no se encuentra en las ribbs superprecocidas que se consiguen en los restaurantes “americanos” de moda. Las costillas están recubiertas por una especie de caramelo producido por la salsa barbacoa que se va quemando´, y que forma una costra que no solo aporta un sabor característico sino que también sella la carne con una capa exterior evitando la pérdida de jugos y concentrando los sabores. La guarnición que acompañó las ribbs fueron unas simples pero sabrosas papas ahumadas, enteras, con piel y en un punto casi “al dente”. Más de uno se sorprende por esta verdadera delicia.
Aunque estaba lleno y me parecía desubicado pedir otro plato cuando todos ya habían terminado, me sentí feliz de ser un completo caradura, mientras Larry sonreía y me servía nuevamente.
Para coronar una velada inolvidable, un postre sencillo y efectivo, budín de banana, a cargo de Sugar and Spice, con helado de crema, acompañado con una copita de tequila 1800 reposado, que Larry nos ofrece de cortesía para dar por terminada la cena. Cuando nos estamos retirando, Larry saludó a cada uno con un apretón de mano y un abrazo de agradecimiento, pero si como todo esto fuese poco entrega de su parte, a cada comensal le entregó una bolsita de papel que contenía salsa picante “El Texano”, descuentos para el próximo evento, stickers y tarjetas.
Les recomiendo a los lectores de Fondo de Olla darse una vuelta. Los encuentros generalmente se realizan los viernes y tienen que un valor de $200 por persona. Dicho valor no incluye bebida pero si están en onda “gasolera” y no tienen ganas de gastar ni un peso más, pueden tomar de las jarras de té helado gratis que hay sobre la mesa.
Es necesario hacer reserva del 50% que puede hacerse en efectivo o mediante Paypal; una vez hecha la reserva se les envía por mail la dirección y el horario.
Ahora ya saben que para comer la verdadera cocina “americana” no necesitan esperar una hora y media por una mesa y comer apurado y mal.
Facebook: El Tejano BBQ & Sauce in BA
Pagina web: www.eltejanoba.com.ar
Larry Rogers dejó su Texas natal allá por el año 2006, luego de haberse recibido en la carrera de “Economías y Negocios en Latinoamérica” en la Universidad de Austin.
Tenía en claro que sus estudios darían frutos justamente en nuestra región y por eso, sin dudar un segundo, vendió todo lo que tenía, preparó su pasaporte y emulando a Harvey Dent, el villano y enemigo de Batman también conocido como “Dos caras”, dejó su destino al azar de una moneda, Chile era cara y la Argentina era seca. Por suerte para nosotros, seca fue la que decidió el rumbo de Larry.
Principalmente, Larry comienza su carrera gastronómica comercializando salsa picante y salsa BBQ de su autoría bajo la marca “El Tejano”, deliciosas y muy aromáticas gracias a la variedad y calidad de los productos que utiliza para elaborarlas.
El Tejano BBQ & Sides nace por la necesidad de comer y compartir los sabores originales de su patria chica, preparado como sólo un tejano puede hacerlo. Aunque no se trata de un restaurant donde podemos asistir a diario, es básicamente un evento que se realiza de forma periódica a puertas cerradas y que hace casi un año nos ofrece deliciosas barbacoas y todo tipo de comida clásica estadounidense bajo el lema:
“All can you eat”, que no es lo mismo que tenedor libre según nos explica Larry, ya que es él mismo quien se encarga de servir a cada uno de los comensales sin que ellos tengan que moverse de la mesa.
En el lugar nos encontramos con una enorme mesa imperial que vamos a compartir con el resto de los invitados, que en muchas ocasiones son compatriotas del anfitrión, así que los que sepan algo de inglés tendrán una buena excusa para ponerlo en práctica. En un principio parece un poco “incómodo” compartir la mesa, pero con el transcurrir de la cena nos damos cuenta de que esta decisión resulta más que acertada, ya que hace a la velada informal y relajada.
Mientras esperamos al resto de los comensales del día, amenizamos el tiempo probando las delicias que hay dispersas por la mesa: pepinillos en vinagre, pickles, baby corn y un excelente pan de maíz y jalapeño, levemente dulce y de textura suave que se desgrana en la boca. Después de la pequeña entradita, aparece Larry con un enorme tablón que apoya en la cabecera de la mesa, su lugar de batalla, y comienza a filetear el Brisket (tapa de asado) que fue ahumado durante nueve horas cubierto con la receta especial de 18 ingredientes de los que Larry no tiene problema en enumerar. La tapa se corta en finas lonjas y se puede apreciar una aureola rosada en la parte externa, que se torna marrón hacia el centro (ésta es marca registrada de un Brisket bien preparado, un tema aparte es la terneza de la carne, la cual no necesita más que el borde del tenedor para ser cortada).
Las meseras nos alcanzan el plato cargado de carne ahumada y nos recomiendan agregar salsa barbacoa también hecha por el texano. Como guarnición tenemos la clásica ensalada de Coleslaw (repollo colorado, zanahoria y aderezo de crema y mayonesa) condimentada en el punto justo, los que conocen esta simple ensalada sabrán que son pocos los lugares donde la preparan correctamente, simplemente perfecta.
Después de otra ronda de Brisket es hora de probar las famosas Ribbs, ésas que tan de moda están por estos días: costillas de cerdo que tienen 5 horas de cocción sobre las brasas y pintada cada 30 minutos con la salsa BBQ compuesta por unos humildes 22 ingredientes, Larry las apoya sobre el tablón, comienza a cortar las porciones y mientras lo hace, cuenta anécdotas, hace chistes, charla y no puede evitar dar a conocer su pasión por lo que hace. Mientras nos deleitamos con su carisma y la comida, el texano va escaneando con una mirada casi imperceptible a cada comensal, observa las reacciones, los platos, los vasos y se asegura de que todo salga perfecto, porque en estos momentos la moneda de Larry tiene la misma cara de ambos lados y dice “Perfección”.
Ya con el plato delante de mí y con las incontenibles ganas de llevarme esas deliciosas costillas a la boca simplemente con las manos, pero limitado un poquito por la vergüenza, escucho entre los invitados una voz femenina decir: “¡esto se come así!”. Y tomando las ribbs con sus dedos le pega un mordisco que deja el hueso completamente limpio. La carne es muy tierna, algo de esperar después de tantas horas sobre el calor y sumado al tiempo previo de maceración, pero con cierta consistencia y firmeza que no se encuentra en las ribbs superprecocidas que se consiguen en los restaurantes “americanos” de moda. Las costillas están recubiertas por una especie de caramelo producido por la salsa barbacoa que se va quemando´, y que forma una costra que no solo aporta un sabor característico sino que también sella la carne con una capa exterior evitando la pérdida de jugos y concentrando los sabores. La guarnición que acompañó las ribbs fueron unas simples pero sabrosas papas ahumadas, enteras, con piel y en un punto casi “al dente”. Más de uno se sorprende por esta verdadera delicia.
Aunque estaba lleno y me parecía desubicado pedir otro plato cuando todos ya habían terminado, me sentí feliz de ser un completo caradura, mientras Larry sonreía y me servía nuevamente.
Para coronar una velada inolvidable, un postre sencillo y efectivo, budín de banana, a cargo de Sugar and Spice, con helado de crema, acompañado con una copita de tequila 1800 reposado, que Larry nos ofrece de cortesía para dar por terminada la cena. Cuando nos estamos retirando, Larry saludó a cada uno con un apretón de mano y un abrazo de agradecimiento, pero si como todo esto fuese poco entrega de su parte, a cada comensal le entregó una bolsita de papel que contenía salsa picante “El Texano”, descuentos para el próximo evento, stickers y tarjetas.
Les recomiendo a los lectores de Fondo de Olla darse una vuelta. Los encuentros generalmente se realizan los viernes y tienen que un valor de $200 por persona. Dicho valor no incluye bebida pero si están en onda “gasolera” y no tienen ganas de gastar ni un peso más, pueden tomar de las jarras de té helado gratis que hay sobre la mesa.
Es necesario hacer reserva del 50% que puede hacerse en efectivo o mediante Paypal; una vez hecha la reserva se les envía por mail la dirección y el horario.
Ahora ya saben que para comer la verdadera cocina “americana” no necesitan esperar una hora y media por una mesa y comer apurado y mal.
Facebook: El Tejano BBQ & Sauce in BA
Pagina web: www.eltejanoba.com.ar