El periodismo, en general, (como un gran número de instituciones) vive un tiempo de descrédito, muchas veces de manera exagerada y otras con justificadas razones. El rubro gastronómico no escapa a esa situación, pero tiene la suerte de que muchas macanas quedan en el olvido del lector. Por eso, hay muchos que están quemados como un pollo al spiedo, pero siguen dando vueltas. Afortunadamente hay colegas que pueden deschavar tales situaciones: te contamos la historia de Robin Goldstein (el héroe de Fondo de Olla).
The Wine Trials 2010 (un libro para abrir la cabeza)
En otras partes del mundo también se cuecen habas, y si no que lo digan los responsables de la revista especializada estadounidense Wine Spectator que pese a una patinada grande como una casa sigue gozando de adeptos que la lucen orgullosos en cuanto encuentro de "especialistas" se realice.
El gran papelón
Wine Spectator admitió haber sido "víctima" de un engaño al recomendar en su lista de vinos un restaurante italiano inexistente. La Hosteria L´Intrepido de Milán fue inventada por el experto en vinos Robin Goldstein que, de esta manera, logró demostrar que las recomendaciones de la revista, basada en una lista de vinos enviada por los restaurantes, son falsas. Lo peor es el blog que armó: nadie pareció darse cuenta de la trampa ante tan burda página.
Lo más bochornoso del asunto fue que la lista de 200 vinos propuesta por el falso restaurante incluía 15 que la propia revista había calificado de mediocres el año pasado. El director de Wine Spectator sostuvo que la lista propuesta por la falsa hostería incluía más de 100 excelentes vinos, lo cual fue suficiente para que la publicación la premiara (?).
Para colmo de males, se defendieron diciendo que no juzgan los restaurantes, ya que no los visitan, y que evalúan la lista de vinos que es enviada en un formulario supuestamente con información exacta. Goldstein dejó al descubierto que las premiaciones no tenían nada que ver con la calidad de los vinos y que todo tenía como objetivo recaudar U$S 200 por "cabeza".
Va por más
Hace poco llegó a mis manos desde Estados Unidos el libro editado por Goldstein, enviado por la mismísima editorial (gracias por el honor). Se llama The Wine Trials 2010 y juzga a los vinos más "tobaras" del mundo, es decir por debajo de los 15 billetes verdes.
En la publicación no se van a encontrar con las clásicas "esotéricas palabras" frutos rojos o cuero rejuntado en una barraca de acá a la vuelta, por citar algunas. También dispara interesantes polémicas: el hombre señala que pagar fortunas por un Pétrus o un Dom Perignon (por ejemplo) no tiene sentido alguno, porque el precio sólo actúa como efecto placebo y le hace creer al que lo toma que está disfrutando de algo único. También hay palitos para la mencionada Wine Spectator y para Robert Parker, el hombre que te sube o te baja de la palestra con sus famosas guías.
La buena -porque en este lugar hablamos de lo lindo, lo bueno, lo malo y lo feo- es que Norton fue elegida por la publicación como la bodega del año. ¡Salud! por Goldstein y la bodega argentina.