No saben en qué gastar la plata

Viernes, 25 de noviembre de 2011
Diferenciarse para ganar más dinero. Esa parece ser la premisa de la agricultura biodinámica, hoy de moda en la vitivinicultura. Hay que estar muy “volado” para creerse esta práctica esotérica sin sustento científico, o tenerla muy clara: pan y circo. Como la firma de Michel Rolland, el sello biodinámico vende aunque nadie pueda asegurar que sirve para algo. Y ahora hasta armaron un Seminario en Mendoza

Basta releer viejas notas de Fondo de Olla para conocer en profundidad las prácticas biodinámicas, que a nuestro juicio poseen un componente esotérico alejado de lo empírico y lo racional. En tanto y en cuanto no nos quieran engrupir, que hagan lo que quieran con su manía. Mientras el mundo avanza a pasos agigantados en la optimización productiva y el mejoramiento genético de los cultivos (que servirá para darles de comer a millones de hambrientos en el mundo), hay gente que pierde el tiempo y derrocha recursos amparados por un sector de la prensa a la que se puede caratular de frívola y poco preparada intelectualmente.

Vamos al grano, y no precisamente de maíz ni soja transgénica (“vade retro Satanás” diría un ultrabiodinámico). Días pasados se realizó en Mendoza el Primer Seminario Internacional de Vitivinicultura Biodinámica, auspiciado por Escorihuela Gascón. Está organizado por Demeter, una consultora que lleva el nombre de la Diosa Griega de la Agricultura, y que dice no tener fines de lucro, aunque entonces uno sepa muy bien de qué viven.

Ahora les contamos la historia oficial. Dice la programación que el Día 1 está destinado a una jornada técnica para los managers y operarios de campos bajo certificación Demeter. El Día 2 es un seminario informativo abierto a empresas, técnicos, managers y público relacionado.  Se contará con diversos paneles que estarán a cargo de “eminencias de la producción biodinámica”, como la visita de Christopher Houghton Budd, quien ha trabajado “exhaustivamente desde 1972 promoviendo la inserción y consumo de los alimentos biodinámicos en el mercado internacional”.  También disertarán vitivinicultores argentinos como Ernesto Catena, quien se presentará en un panel sobre “Experiencias en producción de uva biodinámica: el punto de vista del productor”, junto a representantes de otras bodegas. En palabras de Eduardo Tilatti, presidente de la Fundación Demeter Argentina, “decidimos llevar adelante esta actividad sin precedentes en Sudamérica, para mostrar a las empresas y personas interesadas en el mundo del vino, lo que se está logrando en sistemas productivos reales y exitosos, en los cuales prevalece la innovación, creatividad y el poder de observación al momento de tomar decisiones para el manejo de las viñas en el campo y los vinos en la bodega, mirándolos como sistemas holísticos y dinámicos”.

Cuentan que tanto Bodegas Escorihuela Gascón como Ernesto Catena Vineyards cuentan con viñedos orgánicos que están en proceso de obtener la certificación biodinámica Demeter. En palabras de Ernesto Catena, créateur de vins y presidente de Bodegas Escorihuela Gascón, “creemos que en la elaboración del vino hay que volver a las raíces y hoy tratamos de hacer vinos con la menor intervención posible”. El evento estará dirigido a productores y asesores vitivinícolas, gerentes de bodegas y enólogos “con el objetivo de mostrar la consolidación de sistemas productivos exitosos logrados a través de la implementación de la biodinámica como base conceptual”. Este método de cultivo ecológico “tiene como objetivo desarrollar una vitivinicultura sustentable que crezca en armonía con la naturaleza, en una búsqueda por lograr frutos con mucho más sabor y por elevar los valores espirituales y culturales de la sociedad.  La agricultura biodinámica logra una íntima conexión con los ciclos”.

Bien, ahí queríamos llegar: es interesante eso de lograr vinos que tengan valores espirituales y culturales. ¡Qué más espiritual que un vino destinado a la Santa Misa, aunque desconocíamos que los curas sólo repartían copas con contenidos biodinámicos!

Hablando en serio, conocemos muchos enólogos que “off the record” se matan de risa con la biodinamia, con los cuernos de vaca, el zodíaco y las piedras preciosas de las minas de Wanda. Pero sus jefes les piden que hablen sandeces para ganar más plata. Y no tienen más remedio que hacerlo.

Seguramente veremos reflejada en la prensa la actividad del Seminario, gracias a los avisos publicitarios que ponen algunas bodegas, a la inocencia de colegas y sommeliers que se dejan encandilar por el reflejo que irradian las luces de las luciérnagas mendocinas, y a la actitud intencionada de muchos intereses espurios que buscan el beneficio a cualquier costa.

Hay de todo en la viña del Señor. Unos no saben en qué gastar la plata; otros en dónde perder el tiempo. Perdonálos Dios, no saben lo que hacen.
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