Un paseo por el distrito parisino de Le Marais, uno de los lugares más vitales y encantadores de la capital francesa, con mansiones convertidas en museos, bares con mesitas en la vereda, tiendas vintage..
Si le gustan las especias, no solo para comprar sino para dejarse invadir por sus fragancias y exotismo, aquí tiene más de 3000 productos que llegan, en su mayoría, desde el norte de África. Además hay réplicas de antiguas chapas de publicidad y latitas decorativas. Es un lugar de cita para muchos chefs y gourmets. Se puede probar té en el mostrador y comprar de todo por bolsa.
Un bar temático en el alto Marais, con mostrador de zinc para disfrutar de vino por copa, que conserva las buenas viejas costumbres de hablar bajo, escuchar a los otros y disfrutar de una charla, con buena música de fondo. Todo en medio de libros de literatura francesa, filosofía, psicología y, por supuesto, con especialidad en vinos. Abierto desde la tardecita hasta las 2 de la madrugada, con mayor concurrencia avanzada la noche.
Cuando Jim Morrison vivió en París compraba el vino aquí. Luego lo tomaba en su departamento, ubicado a pocos metros (17-19, rue Beautreillis). Los años pasaron, pero sigue siendo uno de los lugares de encuentro del barrio. Ambiente ruidoso y alegre, menú del día en las pizarras y muy buen foie gras. Al mediodía tienen un menú formule y un exitoso brunch los domingos.
Ubicado en una esquina que parece el decorado de una película, Chez Julien fue comprado por los hermanos Costes que lo revalorizaron. Menú francés clásico y un poco caro, salón interior con decoración del 1900 y mesitas en la vereda para comer viendo el Sena.
El nombre proviene de uno de los personajes de Alicia en el país de las maravillas, y por pequeño y simpático el local nos hace acordar en algo a la historia de Lewis Carroll. Ambiente absolutamente informal y tortas riquísimas. Brunch los fines de semana.
Escondido, sin cartel ni publicidad, con cortinitas a cuadros que ocultan el interior y en una de las calles más antiguas del barrio, este restaurante familiar es uno de los secretos gastronómicos de Le Marais. Al entrar, sentimos que estamos en una cabaña familiar, donde la abuela nos dará de comer y nos protegerá. Ollas de cobre en las paredes, fotos familiares, clima de amigos y, a un costado, la chimenea donde cocinan unas costillas de buey enormes, que acompañan con papas u hongos saltados.
Es el mercado más antiguo de Paris, abierto en 1615 bajo el reinado de Luis XIII, y luego de una reciente restauración, volvió a ser una delicia. Hay toda clase de puestos, desde flores a licores, y en varios de ellos se puede comer, como en Les Zouaves, donde venden unas ostras deliciosas. Uno de los personajes más interesantes es el fotógrado Fabien Breuvart, que tiene un pequeño local de fotos antiguas.
La Mar Buenos Aires cumplió su primera década de vida y lo celebró a lo grande, con un menú extraordinario para agasajar a amigos de la casa y la presentación del libro que pasa revista por la historia de este clásico limeño que continúa su carrera exitosa por distintos países del mundo.
El próximo sábado 26 de abril, regresa el ciclo "Vinilos, vinitos y vos" que organiza periódicamente el restaurante Ostende, en Colegiales. En este caso, celebrarán el Día del Hot Dog cono vino y música en vivo, junto a un pop up junto a Buenos Paladaires y Coni Borras.
Berria significa "Nuevo" en lengua euskera. Y el nombre le calza perfecto a este restaurante de inminente apertura en la esquina de Dorrego y Amenábar, allí justo en el límite entre Palermo Hollywood y Colegiales. Cocina vasca auténtica, con el sello de calidad de Sagardi. De esta manera, el grupo español liderado por los hermanos López de Viñaspré (Iñaki y Miel), desembarca con su segundo local en Buenos Aires.