1. A diferencia de los cigarrillos o cigarros, la pipa es un medio; el fin es llegar a disfrutar el tabaco. Cuanto mejor sea el medio, mejor se destacarán las cualidades del tabaco.
2. El 99 % de las pipas se fabrican con raíz de Brezo, una planta que se cultiva a orillas del Mediterráneo, perteneciente a la familia de las Ericas. Su madera, de fibra muy dura y no combustible, es sometida primero a un proceso de cocción para que elimine los taninos, y luego, al secado y estacionamiento. De este proceso y de la zona de cultivo dependerá la calidad de la pipa.
3.El humo de la pipa se degusta en el paladar sin tragarlo. Recuerde que las papilas gustativas se encuentran en la boca y no en los pulmones.
4. La primera pipa debe ser liviana, de capacidad media, no muy corta y preferentemente recta.
5. La elección del tabaco es muy personal y como la de un vino, suele demandar un tiempo de prueba. Para comenzar esta búsqueda conviene elegir una mezcla suave tipo aromática, de corte grueso y bajo porcentaje de humedad.
6. Una buena fumada, entre otras cosas, depende de cargar correctamente la pipa. Para ello el tabaco debe introducirse en el hornillo de a pequeños pellizcos, casi sueltos en el fondo y presionando cada vez más, a medida que se va llenando. Si lo hicimos bien, el tiraje debe ser suave; de lo contrario conviene vaciarla y volver a intentar.
7. El encendido, con fósforos de madera o encendedor a gas, debe ser abundante, quemando toda la superficie del tabaco en forma pareja.
8. Una vez encendida, debemos dar pitadas cortas y pausadas, acompañando el ritmo de la respiración y manteniendo siempre el humo tibio.
9. La ceniza que se forma, a medida que el tabaco se consume, se aplasta con el pisón de un trío (pinche, cuchara y pisón), antes de cada encendido.
10. Puede ocurrir que en el transcurso de la fumada la pipa se apague. Pitar insistentemente para mantener la brasa encendida provoca un recalentamiento de la pipa y del humo que llega a la boca, irritando todas las mucosas bucales y transformando en "picante" cualquier tabaco. Si la pipa no se enfría totalmente puede volver a encenderse las veces que sea necesario. El disfrute de una pipa no consiste en una competencia por mantenerla encendida, sino en apreciar todo el aroma y sabor que un tabaco puede ofrecernos.
11. Cuando llegamos al fondo del hornillo, queda un residuo de tabaco húmedo sin quemar, que no conviene tratar de consumir. En ese momento debe vaciarse la pipa, sin raspar ni limpiar la pared interna.
12. La ceniza que queda adherida en las paredes del interior del hornillo, se va cristalizando y forma una capa de carbón, que constituye el curado de la pipa y prolonga su vida útil.
13. Para limpiarla se deben separar las dos partes de la pipa y pasar una escobilla de algodón humedecida en alcohol fino por la boquilla, y otra pero seca por el brazo de la pipa. Repetir esta operación hasta que las escobillas salgan limpias.
14. Ahora la pipa ya está limpia, aunque su raíz aún no se ha secado. Recién estará lista para una nueva fumada cuando la madera haya absorbido todos los jugos de la combustión anterior. Por ello es aconsejable dejarla reposar un mínimo de 48 horas antes de volver a usarla.