El ojo del amo engorda el ganado

Cuando la inflación galopante nos hace perder el sentido de las cosas, como consumidores quedamos a la buena de Dios. De nada sirven los esfuerzos de gente como Héctor Polino y su agrupación Consumidores Libres, que encima se han tenido que comer denuncias del gobierno por decir la verdad, frente a las mentiras increíbles del INDEC.

Todos sabemos además que Precios Cuidados fue una aspirina, imposible de curar el cáncer de la especulación. Y que ha tenido días antes del cambio de gobierno la gota que rebasó el vaso.

La carne es un ejemplo claro de lo que aseveramos. El ministro de Agroindustria, Ricardo Buryaile, un productor que hasta hace poco más de dos meses estaba del otro lado del mostrador, hoy señala que “el precio del asado no debería costar más de 90 pesos el kilo”. Pero cuesta mucho más que eso, por supuesto.

Los valores de los súper son realmente desconcertantes. Pongamos un ejemplo: ricota García, segunda marca de La Serenísima. En Coto se conseguía hasta hace algunos días a $ 32. Si uno aprovechaba los descuentos del día (15% a 20%, el valor bajaba a $ 25 ó 26). El mismo producto lo vimos en una góndola de Carrefour Express a $ 42, y en Disco y Jumbo, a unos $ 40, centavos más, centavos menos. ¿Se acuerdan cuando la cadena francesa decía que si uno encontraba un precio más bajo en otro lugar nos devolvían el dinero de la compra?

En una feria barrial móvil, por ejemplo, una ricota de calidad parecida, aunque en envase más grande, está costando aproximadamente la mitad de lo que pagás en el súper más barato (Coto).

El tiempo disponible y nuestra propia mente, nos impiden hacer una comparación de cada producto, donde podríamos encontrarnos con sorpresas semejantes en cada rincón de las góndolas.

La pregunta que cabe es: ¿Coto lo vende muy barato y pierde plata? ¿O los demás se están aprovechando de nuestra ingenuidad? Algo hay que hacer evidentemente para frenar la especulación, para evitar que los consumidores sigamos siendo estafados en nuestra buena fe.

El gobierno, a través del Ministerio de Producción que conduce Francisco Cabrera, se halla en la tarea de instalar un sistema de control de precios, para que de esa manera los consumidores podamos comparar valores y obrar en consecuencia. Una medida que será bienvenida por todos.

SI ESTÁN CONTROLADOS SERÁ MEJOR PARA TODOS LOS CONSUMIDORES. LOS SÚPER HAN DEMOSTRADO QUE SON LOS ADALIDES DE LA ESPECULACIÓN Y LA ESTAFA.  

Por medio de tu computadora, podrás seguir la información de los precios en tiempo real. Esto abarcará a todas las cadenas de supermercados, en tanto que para los pequeños y medianos comerciantes será optativo. Si tienen buenos precios, les convendrá a éstos últimos estar también en el sistema.

Se anuncia que habrá multas a quienes no cumplan con las leyes de Lealtad Comercial y de Defensa del Consumidor. Que así sea.

Otra cosa para aclarar: no es oro todo lo que reluce. Por caso, si compramos una pasta italiana en el súper con el 15% de descuento (suelen tenerlo todas las cadenas en determinado día de la semana), terminamos pagando lo mismo que, por caso, abonaríamos en el local de Tina & Co en el Barrio Chino. Lo comprobamos hace un par de días nomás.

¿Deducción? Si pagás sin el descuento te están jodiendo. Lo que quieren hacerte ver como una gran ayuda del súper, no es otra cosa que una jugarreta para esconder la realidad. La gran engañapichanga.

Así es que un productor frutícola del Valle del río Negro, cobra misérrimos pesos por un kilo de manzanas y peras, que luego pagamos en la verdulería como mínimo diez veces más de lo que recibió quien lo ha cultivado.

Mientras tanto, esperamos una decisión del gobierno sobre una eventual quita del IVA a determinados productos de la canasta familiar. Ya se anunció esta cuestión como posibilidad en el futuro inmediato, pero continuamos esperando.

Sería una buena medida para ayudar a la gente que menos tiene y para incrementar el consumo. Vivimos a merced de especuladores y estafadores, con lo cual urge hacer algo. Si no lo hizo en doce años un gobierno supuestamente progresista, esperemos que lo haga otro que está a la derecha, según los críticos de Macri.

Como consumidores, no importa quién lo haga sino que lo hagan.