¿Por qué nos matan con el precio del vino?

Martes, 27 de julio de 2010
Por lo general, en toda la cadena agroalimentaria el primero y el último (productores y consumidores), son los mayormente perjudicados por la distorsión de los precios, que en el caso de los vinos puede ir desde una uva mal pagada, a una botella con valores sobredimensionados en el restaurante.

Arriba del ring, la pelea está por comenzar. Vemos por un lado a productores primarios que cobran poco y nada por la uva, y bodegueros que corren con riesgos climáticos e insumos a pagar en moneda extranjera (cápsulas, botellas, corchos) y, encima, soportar las presiones del impresentable Guillermo Moreno, que no los deja aumentar los precios internos. En el otro rincón: vinotecas, supermercados y restaurantes que duplican, triplican y más, aún en los valores que ellos mismos pagan por el vino (y nadie sabe por qué, en este caso, Moreno no interviene).

El primero y el último de la cadena, los más perjudicados


A todo esto, debemos tomar en cuenta la distorsión que ejercen las “grandes” bodegas a la hora de sentarse a negociar. El “2 x 1”, “3 x 1”, el “peaje para poner tu vino en mi mesa”, son moneda corriente en nuestro mercado doméstico.

Cualquier viajero nacional desprevenido, podrá comprobar cómo un vino “superpremium” vale aquí 3 o 4 veces más que en el extranjero. Y nada tiene que ver en ello la incidencia de los eventuales impuestos a pagar.

Las estrategias “marketineras” llevan a creer que al consumidor local hay que matarlo, total lo que “no vendemos aquí lo colocamos afuera a menor precio”.

En verdad, muchas veces somos los periodistas los culpables de tamaño desaguisado. Confundimos al consumidor describiendo aromas primarios, secundarios y terciarios que sólo un experto (y ni siquiera eso) podrían descubrir. Y en todo caso, qué importa, lo que realmente vale es si el vino me gusta o no.

La parte del león

En el negocio del vino hay, como en todos lados, vencedores y vencidos. Se podrá decir que uno nunca vio un bodeguero pobre. Es lo mismo que dicen los ignorantes del gobierno sobre los productores agropecuarios. La intermediación, no tengan dudas, es mejor negocio que luchar contra los impuestos, el clima desfavorable, los insumos que están por las nubes, la falta de mano de obra para la cosecha, las distorsiones en el mercado por causa de una guerra de guerrillas entre bodegas y las trabas para exportar (como si no fuéramos un país de neto perfil agroexportador).

Entonces, el que produce es siempre el que menos gana. Un amigo bodeguero de Salta, sacaba cuentas tiempo atrás sobre lo que le quedaba por cada botella de su vino ícono. Sobre el valor de vinoteca, apenas un 20 %, con suerte. “Así que me lo tomo con mis amigos”, nos decía (por suerte estamos incluidos en ese círculo amistoso).

Como se aprecia, la “parte del león” se la llevan los intermediarios, con muy diversos matices según sea el sistema de comercialización de cada bodega. Hasta ahí, en todo caso, podemos discutir si realmente un vino vale lo que cuesta. Pero en general, los precios de góndola no están demasiado sobrecargados.

Respecto al valor intrínseco, según nuestra modesta opinión un vino (cualquiera) no debería costar más de $ 100. No hay razones (ni racionalidad) fuera de este valor, sólo cuestiones de marketing que el común de los mortales no comprendemos pero sí padecemos en nuestros bolsillos.

Restaurantes recargados

El caso de los restaurantes (o en todo caso lo que se conoce como HORECA –hoteles, restaurantes y cafés), todo es más complicado. Ocurre que dentro de la cuenta, el consumo del vino suele ser lo más doloroso para el cliente.

Lo razonable sería que nadie cargara más del 100 % de lo que le cuesta al restaurateur. Pero muchas veces, nos sorprendemos con vinos recargados en un 200 %, 300 % y más.

Hagamos cuentas. Un vino de $ 60 en vinoteca, le dejará al productor no mucho más de $ 20 por botella. Si en el restaurante vale 120, podremos aceptarlo por el valor agregado (servicio adecuado, decantador si cabe, copa de calidad, etcétera). Esto último si el cliente es afortunado, porque la mayoría de las veces nos atienden mal, el vino está caliente y la copa es berreta.

Sigamos. Si el mismo vino costara $ 180, el último eslabón de la cadena se estaría llevando nada menos que $ 120, más la diferencia entre lo que le queda del margen entre el precio de bodega que es sensiblemente inferior a los $ 60 originales. Y no contamos el poder de negociación del dueño del restaurante, que tal vez haya recibido (al menos en el caso de las bodegas grandes) el famoso “2 x 1” o “3 x 1”. Mucho por cierto, casi usurario.

Al momento de elegir un restaurante, entonces, habrá que prestar mucha atención a este tema crucial que engrosará la cuenta final. Las soluciones pasan por buscar lugares donde los valores sean razonables y, en todo caso, optar por una copita o algún vino de inmejorable relación precio- calidad. El consejo es que usted deje de lado el “ver y ser visto” porque no importa que los demás vean que está pagando el vino más oneroso, sólo por el afán de aparentar.

Yo mismo, le digo, no tengo empacho de tomar agua si me estafan con el precio del vino. Es una cuestión de principio, porque a mí no me importan ni la sangría, ni la firma de Michel Rolland, ni el aroma a montura de caballo transpirada, o si tal o cual vino tiene gusto a “umami”. Me gusta el vino y que no me maten con el precio, la mejor opción sin dudas.


Donde no te matan con el vino (y los recomendados)
Demuru - Honduras 5296 (Ver mapa), Palermo Hollywood- (Alfredo Roca Pinot Noir)

Doppio Zero - Zabala 1925 (Ver mapa), Belgrano- (Santos Beck Gran Cabernet)

Efímero Festín – Uriarte 1411 (Ver mapa), Palermo- (Ruca Malén Malbec)

Litoral - Costa Rica 4933 (Ver mapa), Palermo Soho- (Familia Gascón Rosé)

Pan y Arte - Boedo 876 (Ver mapa), Boedo- (Ponce Torres Reserva Malbec)

Raíces - Crisólogo Larralde 3995 (Ver mapa), Saavedra – (Atilio Avena Roble Cabernet Sauvignon)

Rotisería Miramar - San Juan y Sarandí (Ver mapa), Balvanera - (Altos Las Hormigas Malbec)

Sí, Sí, Sí – Aimé Painé 132o (Ver mapa), Puerto Madero Este - (La Flor de Pulenta Sauvignon Blanc)

Valparaíso – Nicaragua 6078, Palermo Hollywood- (Lariviere Yturbe Chardonnay)

(Actualizada 23/05/11)
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